Un contrato indefinido en Londres con un sueldo anual de 23.069 libras al año (27.000 euros) es una oferta que no pocos
desempleados europeos estarían dispuestos a considerar. Especialmente si tenemos en cuenta que el entorno de
trabajo es de cierto postín: la Embajada
española en el
Reino Unido, que será también la
vivienda del
trabajador.
Son las condiciones que se ofrecen para aspirar a ser el mayordomo de Federico Trillo, exministro de Defensa y expresidente del
Congreso de los Diputados, y actualmente embajador de
España en dicho país, según ha adelantado informativos Telecinco.
La convocatoria se encuentra colgada en la en la página web de la legación y especifica una serie de requisitos necesarios para acceder al puesto. Los candidatos deben tener más de 16 años y no superar la edad de
jubilación, además de
hablar español y tener dominio del
inglés. No podrán presentarse quienes tengan parentesco con las personas relacionadas con la selección.
La oferta especifica también las responsabilidades del puesto: “Cuidado,
gobierno y responsabilidad de la Residencia y de sus servicios, vigilancia y supervisión del personal de servicio, y todas aquellas tareas de la Residencia que, relacionadas con su categoría, le sean encomendadas por el Jefe de la Representación o la persona en quien éste pudiera delegar”.
El proceso para hacerse con el puesto consta de dos fases. La primera es de oposición y se compone de un caso práctico de protocolo y etiqueta y una entrevista personal. En la segunda fase, de concurso, se valorarán méritos profesionales (experiencia acumulada) y méritos formativos (cursos, títulos y otros conocimientos).
Federico Trillo es embajador desde el 30 de marzo de 2012 y su nombramiento no estuvo exento de polémica. En primer lugar se especuló con que sería enviado a
Estados Unidos, pero el ministro de Exteriores, García-Margallo salió al paso de las informaciones dejando entrever su discrepancia con la postura del Gobierno y el partido.
Su elección como embajador vulneró el compromiso que había adquirido Margallo de reservar las embajadas a los miembros de la carrera diplomática, si bien había dejado la puerta abierta a la designación de embajadores ‘
políticos’ cuando se tratara de “personas extraordinarias en circunstancias extraordinarias