ESTOS CHORIZOS NOS TOMAN POR TONTOS.
De nuevo la insoportable tendencia de la dirección oficial del PP a insultar la inteligencia de los españoles. Primero, por negar las evidencias respecto al pago de sobresueldos a sus dirigentes, al menos entre los años 1990 y 1999. Y segundo, por volver a la doctrina Rajoy (febrero 2009), cuando se hizo acompañar por la plana mayor de su partido para proclamar urbi et orbi que Gürtel no era una trama del PP, sino una trama contra el PP. Cospedal insistió ayer en que la publicación de la contabilidad opaca de Luis Bárcenas, gerente y tesorero del partido a lo largo de 18 años ininterrumpidos, “son informaciones que tienen por objeto perjudicar al PP y a su presidente”.
Lo que perjudica al PP y a su presidente no es la información sobre los sobresueldos, sino tratar a los españoles como si fueran idiotas. Todavía no hemos oído decir a ningún dirigente del PP que Luis Bárcenas sea un mentiroso o que se haya inventado un día de estos las anotaciones de ingresos y gastos. Lo que perjudica a Rajoy no es la publicación de la contabilidad B del entonces tesorero del PP, sino la mala conciencia de negarla más allá de lo razonable. Al fin y al cabo, cobrar un sobresueldo, o pagarlo, no es ningún delito. Delito sería en todo caso disponer de un dinero de procedencia ilícita, por parte de quien lo da, o no declararlo a la Hacienda Pública, según la cantidad, por parte de quien lo recibe.
Nadie tiene derecho a poner en duda la honradez de Mariano Rajoy pero, respecto a esos 25.200 euros anuales que habría recibido durante once años, preguntar no es ofender. El líder del PSOE, Pérez Rubalcaba, se lo ha puesto muy fácil con dos sencillas preguntas. La primera: ¿Cobró esos sobresueldos, sí o no? Y, si los cobró, como se desprende de las anotaciones de Bárcenas, ¿los cobró en blanco o en negro? Mejor que las responda cuanto antes, sin esperar a esa especie de gabinete de crisis convocado para el sábado en la sede de Génova. No es bueno, ni justo, que la figura el presidente del Gobierno de la nación esté bajo sospecha.
Seguimos con la reconquista desde el SUR le pese a quien le pese.
De nuevo la insoportable tendencia de la dirección oficial del PP a insultar la inteligencia de los españoles. Primero, por negar las evidencias respecto al pago de sobresueldos a sus dirigentes, al menos entre los años 1990 y 1999. Y segundo, por volver a la doctrina Rajoy (febrero 2009), cuando se hizo acompañar por la plana mayor de su partido para proclamar urbi et orbi que Gürtel no era una trama del PP, sino una trama contra el PP. Cospedal insistió ayer en que la publicación de la contabilidad opaca de Luis Bárcenas, gerente y tesorero del partido a lo largo de 18 años ininterrumpidos, “son informaciones que tienen por objeto perjudicar al PP y a su presidente”.
Lo que perjudica al PP y a su presidente no es la información sobre los sobresueldos, sino tratar a los españoles como si fueran idiotas. Todavía no hemos oído decir a ningún dirigente del PP que Luis Bárcenas sea un mentiroso o que se haya inventado un día de estos las anotaciones de ingresos y gastos. Lo que perjudica a Rajoy no es la publicación de la contabilidad B del entonces tesorero del PP, sino la mala conciencia de negarla más allá de lo razonable. Al fin y al cabo, cobrar un sobresueldo, o pagarlo, no es ningún delito. Delito sería en todo caso disponer de un dinero de procedencia ilícita, por parte de quien lo da, o no declararlo a la Hacienda Pública, según la cantidad, por parte de quien lo recibe.
Nadie tiene derecho a poner en duda la honradez de Mariano Rajoy pero, respecto a esos 25.200 euros anuales que habría recibido durante once años, preguntar no es ofender. El líder del PSOE, Pérez Rubalcaba, se lo ha puesto muy fácil con dos sencillas preguntas. La primera: ¿Cobró esos sobresueldos, sí o no? Y, si los cobró, como se desprende de las anotaciones de Bárcenas, ¿los cobró en blanco o en negro? Mejor que las responda cuanto antes, sin esperar a esa especie de gabinete de crisis convocado para el sábado en la sede de Génova. No es bueno, ni justo, que la figura el presidente del Gobierno de la nación esté bajo sospecha.
Seguimos con la reconquista desde el SUR le pese a quien le pese.