EL CUMPLIMIENTO DEL DEBER
Existen razones, más que suficientes, para pensar que en una correcta educación está la regeneración de nuestra sociedad y el volver a alcanzar las cotas de bienestar y de justicia social que por desgracia hoy están en peligro.
No podemos confiar en que sean los gobiernos de, uno u otro signo, los que preocupados más por sus intereses partidistas y personales que por los de la sociedad, soluciones nuestros problemas muchos de ellos originados por ellos mismos. Es el individuo, el ciudadano, el que tiene que cambiar su actitud, sus hábitos y el mínimo esfuerzo, por valores como el la honradez, el cumplimiento de sus obligaciones y el trabajar a fondo para hacer un mundo mejor y más justo para todos. O sea trabajar y luchar por un bien común.
Difícil tarea porque a los gobiernos no les interesa un ciudadano que sepa porque así es más difícil el manipularlo. Y en cuanto a los padres, las familias, por desgracia no tienen preparación suficiente como para trasmitir a sus hijos una educación en los valores. Pero por eso tanto gobiernos como padres deben de optar por la linea educacional responsable y digna si quieren salvar el futuro.
Me cuenta una madre ayer, con una felicidad y un orgullo inmensos, algo que le contó un hijito suyo de 6 años a la salida del colegio y que puede ser un ejemplo maravilloso de todo lo que acabo de exponer.
"Sale el niño del colegio, se dirige al coche de su madre y cuando llega traía en la mano un muñequito de color negro. Le pregunta la madre: ¿Y esto que es? Al niño responde: Mamá este es Yotu un regalo que la Seño hace cada día al niño que mejor se porta en clase. hoy me lo ha dado a mi y me ha dicho que en realidad a mi me lo tenia que dar todos los días.
La madre llena de alegría le dice hombre mira que bien, porque eso significa que todos los días te portan muy bien.
Entonces el niño le contesta: Si pero yo no estoy de acuerdo porque yo solo cumplo con mi obligación, hago lo que debo hacer y por eso yo no merezco ningún premio". Cumplir nuestra obligación, la mejor solución, y todo esto cuando tiene 6 años...
Yo también estoy muy orgulloso porque ese niño es mi nieto.
Existen razones, más que suficientes, para pensar que en una correcta educación está la regeneración de nuestra sociedad y el volver a alcanzar las cotas de bienestar y de justicia social que por desgracia hoy están en peligro.
No podemos confiar en que sean los gobiernos de, uno u otro signo, los que preocupados más por sus intereses partidistas y personales que por los de la sociedad, soluciones nuestros problemas muchos de ellos originados por ellos mismos. Es el individuo, el ciudadano, el que tiene que cambiar su actitud, sus hábitos y el mínimo esfuerzo, por valores como el la honradez, el cumplimiento de sus obligaciones y el trabajar a fondo para hacer un mundo mejor y más justo para todos. O sea trabajar y luchar por un bien común.
Difícil tarea porque a los gobiernos no les interesa un ciudadano que sepa porque así es más difícil el manipularlo. Y en cuanto a los padres, las familias, por desgracia no tienen preparación suficiente como para trasmitir a sus hijos una educación en los valores. Pero por eso tanto gobiernos como padres deben de optar por la linea educacional responsable y digna si quieren salvar el futuro.
Me cuenta una madre ayer, con una felicidad y un orgullo inmensos, algo que le contó un hijito suyo de 6 años a la salida del colegio y que puede ser un ejemplo maravilloso de todo lo que acabo de exponer.
"Sale el niño del colegio, se dirige al coche de su madre y cuando llega traía en la mano un muñequito de color negro. Le pregunta la madre: ¿Y esto que es? Al niño responde: Mamá este es Yotu un regalo que la Seño hace cada día al niño que mejor se porta en clase. hoy me lo ha dado a mi y me ha dicho que en realidad a mi me lo tenia que dar todos los días.
La madre llena de alegría le dice hombre mira que bien, porque eso significa que todos los días te portan muy bien.
Entonces el niño le contesta: Si pero yo no estoy de acuerdo porque yo solo cumplo con mi obligación, hago lo que debo hacer y por eso yo no merezco ningún premio". Cumplir nuestra obligación, la mejor solución, y todo esto cuando tiene 6 años...
Yo también estoy muy orgulloso porque ese niño es mi nieto.
Para que tu nieto (niño de 6 años) hable y obre de la manera que lo cuentas, en mi opinión no se consigue sólo con nuestra tradicional educación por mucho que se le inculque la importancia de los valores de la honradez, el cumplimiento del deber, el trabajo, la lucha por el bien común, etc. etc. a no ser que ello vaya acompañado de una "férrea disciplina" que puede poner en peligro el desarrollo normal del infante y para muestra lo que relato a continuación:
El sistema educativo chino se sostiene en una milenaria tradición y estructura, donde la obediencia ciega es la principal base y soporte. De poco sirven las protestas de padres y alumnos para cambiar estos desfasados cimientos donde se derrumban, -como en el caso que nos ocupa-, no sólo las esperanzas de los alumnos, sino también sus vidas.
Este jueves 31 de octubre un niño de 10 años de edad ha sido la última víctima de esta férrea disciplina, que se aplica sin ningún escrúpulo y pese a quien pese.
El escenario del suceso ha sido la ciudad de Chengdu, al sudoeste de China, donde un alumno se ha arrojado desde la ventana de un 30º piso por 'sugerencia' de su maestro, quien le había llamado la atención por haber hablado en clase, tal y como informa la Radio Nacional China (CNR).
EL CASTIGO
El castigo del profesor no dejaba lugar a elecciones: o escribía en un cuaderno mil veces (lógicamente con los complicados caracteres chinos de rigor) una frase pidiendo perdón por su conducta, o saltaba al vacío.
Tras varios intentos infructuosos ya que el parecer el cuaderno que empleba para tal fin no tenía suficientes hojas, el deseperado alumno escribió:
‹ "Maestro, no lo logro. Ya dudé varias veces cuando traté de saltar del último piso del edificio". ›
Instantes después se lanzaba yendo a caer sobre un coche que estaba estacionado, muriendo en el acto. Sus padres, quienes precisamente viven frente a la escuela y que se enteraron de la desgracia tras el tumulto que se formó en la calle, piden ahora justicia.
Así, han colgado frente al colegio un cartel que reza:
‹ "El maestro obligó a nuestro hijo a saltar del último piso del edificio". ›
No se han atrevido a hacer más.
El sistema educativo chino se sostiene en una milenaria tradición y estructura, donde la obediencia ciega es la principal base y soporte. De poco sirven las protestas de padres y alumnos para cambiar estos desfasados cimientos donde se derrumban, -como en el caso que nos ocupa-, no sólo las esperanzas de los alumnos, sino también sus vidas.
Este jueves 31 de octubre un niño de 10 años de edad ha sido la última víctima de esta férrea disciplina, que se aplica sin ningún escrúpulo y pese a quien pese.
El escenario del suceso ha sido la ciudad de Chengdu, al sudoeste de China, donde un alumno se ha arrojado desde la ventana de un 30º piso por 'sugerencia' de su maestro, quien le había llamado la atención por haber hablado en clase, tal y como informa la Radio Nacional China (CNR).
EL CASTIGO
El castigo del profesor no dejaba lugar a elecciones: o escribía en un cuaderno mil veces (lógicamente con los complicados caracteres chinos de rigor) una frase pidiendo perdón por su conducta, o saltaba al vacío.
Tras varios intentos infructuosos ya que el parecer el cuaderno que empleba para tal fin no tenía suficientes hojas, el deseperado alumno escribió:
‹ "Maestro, no lo logro. Ya dudé varias veces cuando traté de saltar del último piso del edificio". ›
Instantes después se lanzaba yendo a caer sobre un coche que estaba estacionado, muriendo en el acto. Sus padres, quienes precisamente viven frente a la escuela y que se enteraron de la desgracia tras el tumulto que se formó en la calle, piden ahora justicia.
Así, han colgado frente al colegio un cartel que reza:
‹ "El maestro obligó a nuestro hijo a saltar del último piso del edificio". ›
No se han atrevido a hacer más.
Me ha dolido mucho esta réplica totalmente desacertada y hasta ofensiva en la que se pone en duda que sea una educación tradicional, llena de cariño y de entrega total por parte de sus padres, la que originara que mi nieto de 6 años considerara no merecer ningún premio por cumplir con su deber. Aquí nadie le habló al niño de honradez, trabajo, bien común ni siquiera de cumplimento del deber, lo único que han hecho sus padres, desde que nació, es mostrar con su ejemplo el camino que deben seguir sus hijos, que tiene 3 y los tres son maravillosos. De férrea disciplina, nada de nada, mucho amor, mucha entrega, mucha dedicación y vivir con humildad, con sencillez la felicidad que día a día todos van ganando con su esfuerzo, con su trabajo y con el cumplimiento de su deber. La palabra castigo aquí no existe, ni en la familia ni en el colegio, aquí hay una autentica familia y una educación tradicional y responsable. Le pese a quién le pese.
De entrada admito que mi opinión, sin ningún ánimo ofensivo, sea totalmente desacertada ya que mi único fundamento era lo singular y extraordinario del comportamiento en los actos en la comunicación de un niño de 6 años; ("si pero yo no estoy de acuerdo porque yo solo cumplo con mi obligación, hago lo que debo hacer y por eso yo no merezco ningún premio"); pero por sus explicaciones, aunque me sigue pareciendo extraordinario, leo que estaba equivocado.
En absoluto me pesa el que tu nieto sobresalga de la manera que dices, eso sí, son muchos los padres con semejante conducta a la que tienen tus hijos que ni en sueños obtienen de sus retoños el resultado que ellos que han demostrado que con persuasión y fuerza moral no hay necesidad de ninguna disciplina, o al menos no de una disciplina férrea.
saludos.
En absoluto me pesa el que tu nieto sobresalga de la manera que dices, eso sí, son muchos los padres con semejante conducta a la que tienen tus hijos que ni en sueños obtienen de sus retoños el resultado que ellos que han demostrado que con persuasión y fuerza moral no hay necesidad de ninguna disciplina, o al menos no de una disciplina férrea.
saludos.