EL NIÑO LA BREVA
Hay personas que nacieron en Fuensanta (Jaén) y que a lo largo de su vida han demostrado un cariño tan grande por su pueblo, que es de justicia tenerlo entre los fuensanteños iluistres, pero es bueno recordarlo, cuando aun vive, para que todos los fuensanteños nos sintamos orgullosos de tener paisanos con esa categoría.
Hay para mi, uno en especial, que lleva mas de 50 años lejos de nuestro pueblo y no falta ni un solo año a las fiestas de la Virgen.
Su nombre Antono Carrillo, su mote “el breva” su profesión guitarrista que ha recorrido el mundo con cantantes de primera fila y que si no bebe agua de la Fuente de la Negra, reza ante la Virgen de la Fuensanta y no abraza a sus amigos, él no es nadie.
Esta gran persona se quedó huérfano cuando tenía pocos años. Tenía dos hermanos más, menores que él y eran los años 1950. Para poder llevar un trozo de pan a su familia se dedicó a vender pipas, avellanas y caramelos con una cesta por la calle. Era muy tímido y se ponía totalmente rojo para hablar con la gente, incluso había quien intentaba abusar de su inocencia pretendiendo engañarlo, pero él consiguió sacar a su familia adelante con tesón con esfuerzo y con dignidad.
Marchó de Fuensanta, con su familia, buscando un futuro mejor y llevando la guitarra que su padre le dejó, como herencia, una guitarra que él fue aprendiendo a tocar de forma autodidácta y consiguió, con mucho sacrificio, convertirse en un gran guitarrista profesional, Antonio Molina y Mari Fe de Triana, entre otros muchos artistas, lo llevaron en su compañía. Se casó y tiene unos hijos maravillosos.
El vive en Palma de Mallorca, yo tuve el gran honor de visitarle hace unos años, ahora regenta un restaurante, en el que antes actuaba, da clases de guitarra y a sus 75 años todavía no se ha jubilado, porque ama profundamente a su guitarra..
Es mi amigo, juntos vivimos aquella etapa nefasta de nuestra infancia, el viene cada año a su pueblo, a visitarnos, a sentirse más fuensanteño que nadie, y tal vez nosotros los fuensanteños no lo atendamos todo lo bien que él merece. Un abrazo muy fuerte amigo Antonio.
Hay personas que nacieron en Fuensanta (Jaén) y que a lo largo de su vida han demostrado un cariño tan grande por su pueblo, que es de justicia tenerlo entre los fuensanteños iluistres, pero es bueno recordarlo, cuando aun vive, para que todos los fuensanteños nos sintamos orgullosos de tener paisanos con esa categoría.
Hay para mi, uno en especial, que lleva mas de 50 años lejos de nuestro pueblo y no falta ni un solo año a las fiestas de la Virgen.
Su nombre Antono Carrillo, su mote “el breva” su profesión guitarrista que ha recorrido el mundo con cantantes de primera fila y que si no bebe agua de la Fuente de la Negra, reza ante la Virgen de la Fuensanta y no abraza a sus amigos, él no es nadie.
Esta gran persona se quedó huérfano cuando tenía pocos años. Tenía dos hermanos más, menores que él y eran los años 1950. Para poder llevar un trozo de pan a su familia se dedicó a vender pipas, avellanas y caramelos con una cesta por la calle. Era muy tímido y se ponía totalmente rojo para hablar con la gente, incluso había quien intentaba abusar de su inocencia pretendiendo engañarlo, pero él consiguió sacar a su familia adelante con tesón con esfuerzo y con dignidad.
Marchó de Fuensanta, con su familia, buscando un futuro mejor y llevando la guitarra que su padre le dejó, como herencia, una guitarra que él fue aprendiendo a tocar de forma autodidácta y consiguió, con mucho sacrificio, convertirse en un gran guitarrista profesional, Antonio Molina y Mari Fe de Triana, entre otros muchos artistas, lo llevaron en su compañía. Se casó y tiene unos hijos maravillosos.
El vive en Palma de Mallorca, yo tuve el gran honor de visitarle hace unos años, ahora regenta un restaurante, en el que antes actuaba, da clases de guitarra y a sus 75 años todavía no se ha jubilado, porque ama profundamente a su guitarra..
Es mi amigo, juntos vivimos aquella etapa nefasta de nuestra infancia, el viene cada año a su pueblo, a visitarnos, a sentirse más fuensanteño que nadie, y tal vez nosotros los fuensanteños no lo atendamos todo lo bien que él merece. Un abrazo muy fuerte amigo Antonio.