Lo que Vd dice está muy bien, pero tiene un defecto, que sólo ejemplifica sobre una cara de la moneda.
Es cierto que las leyes son, en un gran porcentaje, un cachondeo. También es cierto que no siempre se hacen para servir al ciudadano, sino para servirse del ciudadano. A veces tengo la sensación de que la Sociedad podría venirse abajo en cualquier momento, dadas las MIMBRES tan endebles sobre las que se sostiene.
Basta observar el fenómeno catalán con una perspectiva histórica de unos 50 años para convencerse de lo que digo. Además, la historia del mundo reciente es un cúmulo de evidencias sobre la fragilidad de nuestras estructuras sociales.
Ante este panorama, a mí me cuesta creer en posturas claramente decididas.
Mi postura personal está cercana a la de Cabrero-dos, creo percibir en sus palabras que las leyes son como UNAS REGLAS DE JUEGO sin las cuales es imposible la convivencia. Y él se pronuncia abiertamente sobre el cumplimiento estricto de esas leyes, aunque puedan no gustarle, por imperativo de su espíritu democrático.
Yo creo que es la única postura honrada y LEGAL. No creo que el amparo en la imperfección de las leyes nos LEGITIME para incumplirlas, como tampoco creo que la mera existencia de nuestros bajos instintos nos legitime para ejercerlos.
En fin, creo que las ideologías revolucionarias antisistémicas pueden conducir a daños sociales irreparables.
No soy político, ni sociólogo, pero no me guasta para nada la manipulación de las personas.
Concluyo, mi reflexión es para hacerle hincapié en que en todas partes se cuecen las habas y que nada es verdad ni mentira, sino del color del cristal con que se mira.
Afortunadamente todos somos distintos y en nuestra diversidad, según dice el célebre teorema del límite central, radica la NORMALIDAD.
Saludos cordiales.
Es cierto que las leyes son, en un gran porcentaje, un cachondeo. También es cierto que no siempre se hacen para servir al ciudadano, sino para servirse del ciudadano. A veces tengo la sensación de que la Sociedad podría venirse abajo en cualquier momento, dadas las MIMBRES tan endebles sobre las que se sostiene.
Basta observar el fenómeno catalán con una perspectiva histórica de unos 50 años para convencerse de lo que digo. Además, la historia del mundo reciente es un cúmulo de evidencias sobre la fragilidad de nuestras estructuras sociales.
Ante este panorama, a mí me cuesta creer en posturas claramente decididas.
Mi postura personal está cercana a la de Cabrero-dos, creo percibir en sus palabras que las leyes son como UNAS REGLAS DE JUEGO sin las cuales es imposible la convivencia. Y él se pronuncia abiertamente sobre el cumplimiento estricto de esas leyes, aunque puedan no gustarle, por imperativo de su espíritu democrático.
Yo creo que es la única postura honrada y LEGAL. No creo que el amparo en la imperfección de las leyes nos LEGITIME para incumplirlas, como tampoco creo que la mera existencia de nuestros bajos instintos nos legitime para ejercerlos.
En fin, creo que las ideologías revolucionarias antisistémicas pueden conducir a daños sociales irreparables.
No soy político, ni sociólogo, pero no me guasta para nada la manipulación de las personas.
Concluyo, mi reflexión es para hacerle hincapié en que en todas partes se cuecen las habas y que nada es verdad ni mentira, sino del color del cristal con que se mira.
Afortunadamente todos somos distintos y en nuestra diversidad, según dice el célebre teorema del límite central, radica la NORMALIDAD.
Saludos cordiales.