La indignación, que dice el periodista Fernando Jáuregui siente, porque hay personas que lloran o viven mareos ante la
noticia del sacrificio, en busca del bien común ciudadano, del perro skalibus; mientras que ni lloran ni protestan en público ante las deficiencias sanitarias que tienen los países afectados por el Ébola y mueren los enfermos en penosas circunstancias infrahumanas; en mi opinión, no es creíble y además criticable, desde el momento que equipara esta indignación que dice sentir, con
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