LAS TRES CARAS DE LA FUENTE
Es obvio que las cosas van sometiéndose con el tiempo a una remodelación, a un cambio, para asegurar su persistencia y al mismo tiempo para acondicionarla esteticamente a los tiempos que corren. La moda se impone a las persona, a las edificaciones y también a las costumbres y al desenvolvimiento normal de la sociedad y de la vida de los seres humanos.
Por eso también nuestra maravillosa y querida Fuente de la Negra a lo largo de casi todo el siglo XX también a cambiado su aspecto exterior, su fachada, su cara, en tres ocasiones, como si de una gran dama se tratara nuestra fuente más emblemática y más especial se ha engalanado en tres ocasiones para ofrecer a los fuensanteños además de la maravilla de su rico, transparente y cristalino, caudal, que es envidia sana de otros pueblos y orgullo y satisfacción constante para todos nosotros, una imagen nueva, distinta, moderna y renovada de su exterior.
La primera de estas reformas se produce en nuestro pueblo en el año 1.947 siendo alcalde del pueblo Esteban Serrano Moreno que era médico natural de Torredonjimeno y consistió en convertir la fuente en una especie de fachada de una casa andaluza, con su terraza, rematada por una baranda de piezas arqueadas de cerámica y muros de ladrillo visto. Una planta con dos ventanales rectangulares y seiete caños vertiendo agua constantemente. En la izquierda del edificio había una puerta con escaleras que era el acceso a la terraza. Y en el centro de a fachada una imagen de la Virgen de la Fuensanta presidiendo todo el monumento.
Todo ello recubierto de azulejos de colores diversos que daba un aspecto familiar a todo el conjunto arquitectónico. Esta estuvo en vigor durante cerca de 50 años.
La segunda reforma es la más problemática y la que menos gustó al pueblo desde el primer momento. Se trato de dar un aspecto natural al nacimiento en el que el agua salía del manantial al exterior sobre paredes de piedra como si fuese una continuidad de la montaña de la cual nace. Pero el arquitecto que la diseñó no tuvo ningún acierto, siendo un conjunto poco atractivo, rudimentario, poco salubre porque el agua se ensuciaba al circular por caudal abierto.
Este cambio se hizo siendo alcalde un profesor que se llamaba Luis Díaz Olivencia, que era natural de las Casillas en la década de 1970, Duró unos 10 años.
Y la tercera, la que actualmente disfrutamos que representa un especie de fachada de una casa más bien griega o romana, con arcadas en los dos ventanales, toda en piedra tallada, con dos pilares de 3 caños cada uno y una especie de pileta central con otro caño. Y dentro del nacimiento una imagen en bronce, sobre pedestal, de la Virgen hecha por una artista fuensanteña hija de Ángel Sánchez, Angelillo, que vive en Canarias. Este último cambio se realizó siendo alcalde de Fuensanta Juan Luque Navas en los inicios de la democracia ya en en la década de 1980. Esta si gusta al pueblo y esperemos que tenga una muy larga vida. Que así sea la portada de todo el siglo XXI porque además viene muy bien para hacer en ella el pasaje de Pilatos de nuestra famosa Semana Santa.
Además esta fachada nació con la democracia y es como un regalo de aquella conmemoración que nos acompaña y nos recuerda los años que llevamos bajo esta forma de gobierno.
Es obvio que las cosas van sometiéndose con el tiempo a una remodelación, a un cambio, para asegurar su persistencia y al mismo tiempo para acondicionarla esteticamente a los tiempos que corren. La moda se impone a las persona, a las edificaciones y también a las costumbres y al desenvolvimiento normal de la sociedad y de la vida de los seres humanos.
Por eso también nuestra maravillosa y querida Fuente de la Negra a lo largo de casi todo el siglo XX también a cambiado su aspecto exterior, su fachada, su cara, en tres ocasiones, como si de una gran dama se tratara nuestra fuente más emblemática y más especial se ha engalanado en tres ocasiones para ofrecer a los fuensanteños además de la maravilla de su rico, transparente y cristalino, caudal, que es envidia sana de otros pueblos y orgullo y satisfacción constante para todos nosotros, una imagen nueva, distinta, moderna y renovada de su exterior.
La primera de estas reformas se produce en nuestro pueblo en el año 1.947 siendo alcalde del pueblo Esteban Serrano Moreno que era médico natural de Torredonjimeno y consistió en convertir la fuente en una especie de fachada de una casa andaluza, con su terraza, rematada por una baranda de piezas arqueadas de cerámica y muros de ladrillo visto. Una planta con dos ventanales rectangulares y seiete caños vertiendo agua constantemente. En la izquierda del edificio había una puerta con escaleras que era el acceso a la terraza. Y en el centro de a fachada una imagen de la Virgen de la Fuensanta presidiendo todo el monumento.
Todo ello recubierto de azulejos de colores diversos que daba un aspecto familiar a todo el conjunto arquitectónico. Esta estuvo en vigor durante cerca de 50 años.
La segunda reforma es la más problemática y la que menos gustó al pueblo desde el primer momento. Se trato de dar un aspecto natural al nacimiento en el que el agua salía del manantial al exterior sobre paredes de piedra como si fuese una continuidad de la montaña de la cual nace. Pero el arquitecto que la diseñó no tuvo ningún acierto, siendo un conjunto poco atractivo, rudimentario, poco salubre porque el agua se ensuciaba al circular por caudal abierto.
Este cambio se hizo siendo alcalde un profesor que se llamaba Luis Díaz Olivencia, que era natural de las Casillas en la década de 1970, Duró unos 10 años.
Y la tercera, la que actualmente disfrutamos que representa un especie de fachada de una casa más bien griega o romana, con arcadas en los dos ventanales, toda en piedra tallada, con dos pilares de 3 caños cada uno y una especie de pileta central con otro caño. Y dentro del nacimiento una imagen en bronce, sobre pedestal, de la Virgen hecha por una artista fuensanteña hija de Ángel Sánchez, Angelillo, que vive en Canarias. Este último cambio se realizó siendo alcalde de Fuensanta Juan Luque Navas en los inicios de la democracia ya en en la década de 1980. Esta si gusta al pueblo y esperemos que tenga una muy larga vida. Que así sea la portada de todo el siglo XXI porque además viene muy bien para hacer en ella el pasaje de Pilatos de nuestra famosa Semana Santa.
Además esta fachada nació con la democracia y es como un regalo de aquella conmemoración que nos acompaña y nos recuerda los años que llevamos bajo esta forma de gobierno.