BUENOS DIAS
¡Ah! ¡Quimeras! ¿Son quimeras, dicen? ¿Quimeras yo? ¡Verdaderamente, quimeras! ¡esta muy bien! Me alegro mucho de las quimeras, hermanos. ¡Y no sabia que yo tuviese quimeras!
Moliére
¡Ah! ¡Quimeras! ¿Son quimeras, dicen? ¿Quimeras yo? ¡Verdaderamente, quimeras! ¡esta muy bien! Me alegro mucho de las quimeras, hermanos. ¡Y no sabia que yo tuviese quimeras!
Moliére
En la literatura
El término quimera se utiliza también como sinónimo de algo fantasioso o utópico. Por ejemplo: “Juan sueña con cumplir la quimera de recorrer el mundo en bicicleta”. Hace referencia a aquello que podría ser considerado una utopía, algo imposible de alcanzar pero que las personas sueñan y creen en que tarde o temprano conseguirán. El sentido de llamar a estos sueños quimeros reside en que son ideas que sólo pueden existir en nuestra imaginación.
En lo que respecta a la literatura, el término es reincidente en muchas obras. El poeta Luis Cernuda, por ejemplo, publicó una obra que se tituló “Desolación de la quimera”, en la que se podría decir que hace un balance de todo lo escrito y vivido con anterioridad, donde aquellos sueños juveniles parecen perder su esplendor, donde la tristeza se apodera de las fantasías y hace que se desvanezcan lentamente. En esta obra puede que Cernuda se despida de su juventud y abrace con más seguridad la angustia, protagonista de su poesía durante los últimos años.
También en el realismo mágico, la quimera ocupa un lugar importante, siendo el sinónimo perfecto de la esperanza cuando ésta no tiene demasiadas cuestiones en que afirmarse. Es la característica fundamental de ciertos personajes volátiles, soñadores, deseosos de comerse el mundo y convencidos de que van a conseguirlo.
En la poesía clásica también se utiliza el término para hacer referencia a aquellos amores imposibles, mujeres hermosas que nunca podrán conquistarse, vidas increíbles que jamás se harán realidad, etc. Posiblemente en este uso el término pueda estar relacionado con la infancia, con esos sueños que fueron creciendo en la mente de un niño y que llegaron a convertirse casi en obsesiones, y que al llegar a adulto prevalecen, volviéndose los principales protagonistas de su existencia.
(Artículo copiado)
El término quimera se utiliza también como sinónimo de algo fantasioso o utópico. Por ejemplo: “Juan sueña con cumplir la quimera de recorrer el mundo en bicicleta”. Hace referencia a aquello que podría ser considerado una utopía, algo imposible de alcanzar pero que las personas sueñan y creen en que tarde o temprano conseguirán. El sentido de llamar a estos sueños quimeros reside en que son ideas que sólo pueden existir en nuestra imaginación.
En lo que respecta a la literatura, el término es reincidente en muchas obras. El poeta Luis Cernuda, por ejemplo, publicó una obra que se tituló “Desolación de la quimera”, en la que se podría decir que hace un balance de todo lo escrito y vivido con anterioridad, donde aquellos sueños juveniles parecen perder su esplendor, donde la tristeza se apodera de las fantasías y hace que se desvanezcan lentamente. En esta obra puede que Cernuda se despida de su juventud y abrace con más seguridad la angustia, protagonista de su poesía durante los últimos años.
También en el realismo mágico, la quimera ocupa un lugar importante, siendo el sinónimo perfecto de la esperanza cuando ésta no tiene demasiadas cuestiones en que afirmarse. Es la característica fundamental de ciertos personajes volátiles, soñadores, deseosos de comerse el mundo y convencidos de que van a conseguirlo.
En la poesía clásica también se utiliza el término para hacer referencia a aquellos amores imposibles, mujeres hermosas que nunca podrán conquistarse, vidas increíbles que jamás se harán realidad, etc. Posiblemente en este uso el término pueda estar relacionado con la infancia, con esos sueños que fueron creciendo en la mente de un niño y que llegaron a convertirse casi en obsesiones, y que al llegar a adulto prevalecen, volviéndose los principales protagonistas de su existencia.
(Artículo copiado)