La historia casi siempre interpreta los hechos sucedidos. Sobran argumentos en los dos bandos, al igual que sobran actos difícilmente justificables igualmente en los dos bandos; el fanatismo ideológico, la militancia ciega y el maximalismo de principios no suelen acarrear resultados positivos. Cuando gana la selección de fútbol! Yo soy español, español, español! y cuando pierde no lo somos tanto. En general los españoles nos cuesta participar de una idea de país común y compartida. La guerra civil abrió heridas que nos hemos encargado de mantener abierta por parte de ambos mandos. Abanderar posturas radicales es una formula que no mejora el asunto. Los catalanes se quieren independizar, los vascos porque no o los gallegos, aragoneses, valencianos, etc. España el país más antiguo se desmienbra por particularismos ideológicos caprichosos y poco consistentes. Mientras nosotros los españolitos engolamos nuestros propios criterios.