PUNTADA SIN HILO
MUERTE DE SÓCRATES.
Sócrates, el gran filósofo griego, había nacido en el año 469 a. de J. C. Atenas su patria, pasaba entonces por uno de los tiempos más comprometidos de su historia. Sócrates eta un hombre de voluntad; formóse reciamente en la severidad de los deberes y en el testimonio vivo de la conciencia. había tomado como regla de su conducta esta máxima esculpida en el templo famoso de DELFOS: " CONÓCETE A TI MMISMO ". Estuvo de acuerdo con las ideas de otro gran filósofo, Anaxágoras, y aprovechó toda la cultura de su tiempo
Se dedicó a instruir a la juventud ateniense en la verdad, en el bien y en la belleza. Formó en sus escuelas a numerosos discípulos, destacándose entre todos PLATÓN. Sócrates, que no perdonó a los viciosos en sus ingeniosas diatribas, fue acusado de falta de respeto a los dioses de Atenas y de pervertir a la juventud que le seguía. Y fue condenado injustamente a muerte. Sócrates recibió su condenación y luego la muerte con serenidad y valentía...
(Continuará)
MUERTE DE SÓCRATES.
Sócrates, el gran filósofo griego, había nacido en el año 469 a. de J. C. Atenas su patria, pasaba entonces por uno de los tiempos más comprometidos de su historia. Sócrates eta un hombre de voluntad; formóse reciamente en la severidad de los deberes y en el testimonio vivo de la conciencia. había tomado como regla de su conducta esta máxima esculpida en el templo famoso de DELFOS: " CONÓCETE A TI MMISMO ". Estuvo de acuerdo con las ideas de otro gran filósofo, Anaxágoras, y aprovechó toda la cultura de su tiempo
Se dedicó a instruir a la juventud ateniense en la verdad, en el bien y en la belleza. Formó en sus escuelas a numerosos discípulos, destacándose entre todos PLATÓN. Sócrates, que no perdonó a los viciosos en sus ingeniosas diatribas, fue acusado de falta de respeto a los dioses de Atenas y de pervertir a la juventud que le seguía. Y fue condenado injustamente a muerte. Sócrates recibió su condenación y luego la muerte con serenidad y valentía...
(Continuará)
... Muerte de Sócrates.
Él decía que la muerte era un don especial de Dios. Llegó a sostener en aquellos tiempos y en medio de aquella sociedad idolátrica: " Que Dios único lo ve todo con una sola mirada, lo oye todo, está en todas partes y cuida a la vez de todo el Universo". Estas ideas nuevas alborotaron a los jueces y Sócrates siguió hablando: " Un día, ante una reunión numerosa, interrogasteis el oráculo de Delfos sobre mi persona y os fue respondido: " No existe un hombre más independiente, más justo ni más sabio que Sócrates". Esto levantó un clamor de protestas entre sus enemigos.
" ¿Conocéis - siguió valerosamente Sócrates - un hombre menos esclavo del cuerpo que yo? Dime tú, Mileto (uno de los acusadores) si conoces a uno de estos jóvenes, que se haya corrompido con mis lecciones, que siendo religioso que se hay vuelto impío, uno solo que se haya entregado a pasiones vergonzosas". Los jueces, al fin, le invitaron a conmutar la pena de muerte por una multa y no quiso. Quisieron sus amigos prepararle una huida, y no accedió.
Al ver que sus amigos lloraban, exclamó el gran filósofo: " ¿No me veis a mí contento?: debéis participar de mi alegría"
Y sereno y sonriente, BEBIÓ EL VENENO DE LA CICUTA. Era el año 399 antes de Jesucristo.
Él decía que la muerte era un don especial de Dios. Llegó a sostener en aquellos tiempos y en medio de aquella sociedad idolátrica: " Que Dios único lo ve todo con una sola mirada, lo oye todo, está en todas partes y cuida a la vez de todo el Universo". Estas ideas nuevas alborotaron a los jueces y Sócrates siguió hablando: " Un día, ante una reunión numerosa, interrogasteis el oráculo de Delfos sobre mi persona y os fue respondido: " No existe un hombre más independiente, más justo ni más sabio que Sócrates". Esto levantó un clamor de protestas entre sus enemigos.
" ¿Conocéis - siguió valerosamente Sócrates - un hombre menos esclavo del cuerpo que yo? Dime tú, Mileto (uno de los acusadores) si conoces a uno de estos jóvenes, que se haya corrompido con mis lecciones, que siendo religioso que se hay vuelto impío, uno solo que se haya entregado a pasiones vergonzosas". Los jueces, al fin, le invitaron a conmutar la pena de muerte por una multa y no quiso. Quisieron sus amigos prepararle una huida, y no accedió.
Al ver que sus amigos lloraban, exclamó el gran filósofo: " ¿No me veis a mí contento?: debéis participar de mi alegría"
Y sereno y sonriente, BEBIÓ EL VENENO DE LA CICUTA. Era el año 399 antes de Jesucristo.