D. Antonio Garcia Fuentes me envio este articulo y desea que lo difunda. He aqui este.
Progreso o retroceso: Decadencia
El siguiente texto ha causado cierto impacto en mis lectores y como fue publicado recientemente, en mi artículo “Aquel teléfono de canutos”; considero debo continuarlo con el de hoy y he ahí el titular, puesto que yo dudo “de ese falso progreso”.
El primer artículo termina así:
no hablemos de esa horrible invasión de telefonines y ruidos más o menos desagradables, que te importunan a cada momento y en cada lugar... ¡Oh progreso... cuánto nos has dado... pero también... cuánto nos has quitado de humanidad!
La decadencia política en la actualidad afecta a la inmensidad de partidos de todo el mundo; se ha llegado (por lo que sea que no lo saben o quieren decir) a un estado de anquilosamiento, parálisis, o fase final, que no saben cómo enmendar. Yo creo que en gran medida, ello procede de “una invasión del progreso cibernético u ordenadores y robótica”, que habiéndosenos dicho que venía a ayudar al hombre, en realidad lo está destruyendo, puesto que al eliminar infinidad de seres humanos de sus trabajos habituales y el producto dinerario que esa invasión, ha producido, yendo a pocas manos (el gran capital domina todo o casi todo)”: masas enormes de “pobres humanos”, languidecen, vegetan o van llegando a estados o situaciones desesperadas o ya insostenibles, incluso temiendo cada vez más, el que no hay futuro “para las manos del hombre” y que este será cada vez más esclavo de un sistema, que curiosamente ha creado ese hombre, pero cuyos beneficios no son repartidos con una equidad mínimamente equitativa y ese es para mí, el gran problema y el que los políticos (todos los políticos) eluden el tratar de ir buscando soluciones y obran como el avestruz.
La familia en general va siendo destruida por cómo se va disolviendo la misma por la disgregación forzada, emigración, o imposiciones individuales buscando su libertad individual; cada vez más individuos viven solos y buscan pareja sexual cuando lo necesitan; y si “emparejan”, sus compromisos se destruyen en poco tiempo y se disuelven; tan es así que incluso “pasando por el altar o la mesa del concejal o alcalde”; se dan casos que no aguantan la unión mucho tiempo, llegándose a la separación de inmediato al regreso “del viaje de bodas”.
Los hijos: en general o no existen, por cuanto “la pareja” decide “gozar de la vida”, pero no contraer compromisos sucesorios; o si existen suele ser “el hijo único”, el que termina en las guarderías, llevado y recogido por uno de los dos “emparejados o casados” y por tanto no gozará de la compañía del hermano o hermanos, que era lo natural hasta que llegó “el que nos dicen progreso”; lo que conlleva una soledad terrible para aquel que la ha padecido (yo mismo pero consecuencia de la guerra civil de 1936/1939 en la que asesinan a mi padre) y de la que no se recuperará a lo largo de su vida. Los viejos y ancianos, viven en soledad la mayoría de ellos y por múltiples causas, que no detallo dejándole al lector las puntualice; pero se llega al punto en que mueren solos en la vivienda que ocupan y nadie detecta su desaparición, salvo que los hedores de la descomposición de su cadáver de el aviso, de que allí “hay un muerto”; se llegan a encontrar cadáveres momificados, y por tanto ya “secados” por esas terribles soledades en que ya nadie se acuerda de aquel ser.
Los “aparatos políticos” se han centrado en sólo recaudar dinero vía impuestos y cada vez más confiscatorios; puesto que mientras más dinero recaudan, más tienen para sus propios negocios, sobornos y control de todo lo que se les ponga por delante; la población no les importa nada, salvo “sacarle fiscalmente el máximo que puedan”; a la vista están los desarraigados y que dejan vivir fuera de la sociedad humana, puesto que son incapaces de reintegrar a ella a infinidad de desarraigados por los motivos que sean.
El consumo de drogas de todo tipo, ha llegado a tal grado de consumo, que ya nadie se sorprende, que “las autoridades”, confisquen muchas toneladas de las mismas en un solo alijo; además se venden profusamente y en cualquier lugar, siendo “esas autoridades” impotentes para controlar ese mercado como debieran hacer, obligando al menos a que pague impuestos, como un comercio mercantil que es.
Ya se llega a la aberración que es la siguiente… “ya no pegan los padres a los hijos, ahora es al contrario, son los hijos los que apalean e incluso matan a los padres”. La enseñanza está ya tan degenerada que “sólo se enseñan derechos, nunca obligaciones”. La delincuencia a todos los niveles, ha crecido tanto que ya y como ocurrió en España, alcanza hasta en la familia real… Ya hasta en las guerras, no mueren militares, la mayor parte de muertos, heridos o dañados, son masas de civiles inocentes. ¿Y cuánto más? Que cada lector que esto lea, vaya añadiendo lo que sepa o deduzca apropiado añadir.
¿Dónde pues está el progreso de que se nos quiere convencer?
Antonio García Fuentes
(Escritor y filósofo)
www. jaen-ciudad. es (aquí mucho más) y
http://www. bubok. es/autores/GarciaFuentes
Julio Reyes Rubio
Progreso o retroceso: Decadencia
El siguiente texto ha causado cierto impacto en mis lectores y como fue publicado recientemente, en mi artículo “Aquel teléfono de canutos”; considero debo continuarlo con el de hoy y he ahí el titular, puesto que yo dudo “de ese falso progreso”.
El primer artículo termina así:
no hablemos de esa horrible invasión de telefonines y ruidos más o menos desagradables, que te importunan a cada momento y en cada lugar... ¡Oh progreso... cuánto nos has dado... pero también... cuánto nos has quitado de humanidad!
La decadencia política en la actualidad afecta a la inmensidad de partidos de todo el mundo; se ha llegado (por lo que sea que no lo saben o quieren decir) a un estado de anquilosamiento, parálisis, o fase final, que no saben cómo enmendar. Yo creo que en gran medida, ello procede de “una invasión del progreso cibernético u ordenadores y robótica”, que habiéndosenos dicho que venía a ayudar al hombre, en realidad lo está destruyendo, puesto que al eliminar infinidad de seres humanos de sus trabajos habituales y el producto dinerario que esa invasión, ha producido, yendo a pocas manos (el gran capital domina todo o casi todo)”: masas enormes de “pobres humanos”, languidecen, vegetan o van llegando a estados o situaciones desesperadas o ya insostenibles, incluso temiendo cada vez más, el que no hay futuro “para las manos del hombre” y que este será cada vez más esclavo de un sistema, que curiosamente ha creado ese hombre, pero cuyos beneficios no son repartidos con una equidad mínimamente equitativa y ese es para mí, el gran problema y el que los políticos (todos los políticos) eluden el tratar de ir buscando soluciones y obran como el avestruz.
La familia en general va siendo destruida por cómo se va disolviendo la misma por la disgregación forzada, emigración, o imposiciones individuales buscando su libertad individual; cada vez más individuos viven solos y buscan pareja sexual cuando lo necesitan; y si “emparejan”, sus compromisos se destruyen en poco tiempo y se disuelven; tan es así que incluso “pasando por el altar o la mesa del concejal o alcalde”; se dan casos que no aguantan la unión mucho tiempo, llegándose a la separación de inmediato al regreso “del viaje de bodas”.
Los hijos: en general o no existen, por cuanto “la pareja” decide “gozar de la vida”, pero no contraer compromisos sucesorios; o si existen suele ser “el hijo único”, el que termina en las guarderías, llevado y recogido por uno de los dos “emparejados o casados” y por tanto no gozará de la compañía del hermano o hermanos, que era lo natural hasta que llegó “el que nos dicen progreso”; lo que conlleva una soledad terrible para aquel que la ha padecido (yo mismo pero consecuencia de la guerra civil de 1936/1939 en la que asesinan a mi padre) y de la que no se recuperará a lo largo de su vida. Los viejos y ancianos, viven en soledad la mayoría de ellos y por múltiples causas, que no detallo dejándole al lector las puntualice; pero se llega al punto en que mueren solos en la vivienda que ocupan y nadie detecta su desaparición, salvo que los hedores de la descomposición de su cadáver de el aviso, de que allí “hay un muerto”; se llegan a encontrar cadáveres momificados, y por tanto ya “secados” por esas terribles soledades en que ya nadie se acuerda de aquel ser.
Los “aparatos políticos” se han centrado en sólo recaudar dinero vía impuestos y cada vez más confiscatorios; puesto que mientras más dinero recaudan, más tienen para sus propios negocios, sobornos y control de todo lo que se les ponga por delante; la población no les importa nada, salvo “sacarle fiscalmente el máximo que puedan”; a la vista están los desarraigados y que dejan vivir fuera de la sociedad humana, puesto que son incapaces de reintegrar a ella a infinidad de desarraigados por los motivos que sean.
El consumo de drogas de todo tipo, ha llegado a tal grado de consumo, que ya nadie se sorprende, que “las autoridades”, confisquen muchas toneladas de las mismas en un solo alijo; además se venden profusamente y en cualquier lugar, siendo “esas autoridades” impotentes para controlar ese mercado como debieran hacer, obligando al menos a que pague impuestos, como un comercio mercantil que es.
Ya se llega a la aberración que es la siguiente… “ya no pegan los padres a los hijos, ahora es al contrario, son los hijos los que apalean e incluso matan a los padres”. La enseñanza está ya tan degenerada que “sólo se enseñan derechos, nunca obligaciones”. La delincuencia a todos los niveles, ha crecido tanto que ya y como ocurrió en España, alcanza hasta en la familia real… Ya hasta en las guerras, no mueren militares, la mayor parte de muertos, heridos o dañados, son masas de civiles inocentes. ¿Y cuánto más? Que cada lector que esto lea, vaya añadiendo lo que sepa o deduzca apropiado añadir.
¿Dónde pues está el progreso de que se nos quiere convencer?
Antonio García Fuentes
(Escritor y filósofo)
www. jaen-ciudad. es (aquí mucho más) y
http://www. bubok. es/autores/GarciaFuentes
Julio Reyes Rubio