El aire que respiro.
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Buenos días. Me felicita una amiga y me pone “porque sé que te sientes orgullosa”.
Sobre el gobierno, digo.
Y es cierto pero vamos con reposo. Claro que se podía ser “más izquierda”. Y a mí me gustaría que paso a paso se fuera “más izquierda”- El Psoe ha pasado unos años brutales de luchas, banderías, egoísmos, egocentrismos, capillitas, liderazgos de media hora- la señorita que entró en la sede diciendo que ella era “allí la autoridad”, entre otras vergüenzas en el día del Golpe bananero que echó a Sánchez- por citar un ejemplo. El Psoe ha metido la pata muchísimo. Ha ido dando bandazos, ha oscilado hasta prácticamente estar en un naufragio. Y yo le he criticado. Y le seguiré criticando, claro que sí. Como critico a los demás partidos. Mi ventaja es que yo no dependo de empresas ni partidos ni amigos que me digan lo que tengo que decir.
Pero sí estoy orgullosa de que el Psoe haya sido capaz de levantarse. De un Presidente que lo tuvo todo en contra, medios, la derecha, la propia izquierda e incluso gentes del partido. Sí estoy orgullosa de un gobierno feminista, de personas válidas, vengan de donde vengan. Sí estoy orgullosa de que en vez de estar hoy hablando de que sale un plasma en la tele diciendo que “no sé nada de ese señor del que usted me habla”, salga alguien de carne y hueso.
Sí estoy orgullosa de que en el gobierno de mi país por primera vez en años no haya corruptos.
Sí estoy orgullosa de escuchar la palabra diálogo. Escuchar, hablar, conciliar, unir.
Que se puede arriesgar más: seguro. Pero yo soy una señora mayor y muy antigua. Y quiero más izquierda, pues claro. Pero no quiero ni asaltar los cielos ni que me regalen sonrisas. Me conformo con que no gobiernen contra mí, con que no me miren perdonándome la vida, con que este país, poco a poco recupere la ética, y la decencia en sus modos de gobernar. Y si podemos ir dando más pasos a la izquierda pues mejor. Pero de momento el aire que respiro es respirable.
Quería decirlo.
Por Alena Collar, doctora en periodismo.
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Buenos días. Me felicita una amiga y me pone “porque sé que te sientes orgullosa”.
Sobre el gobierno, digo.
Y es cierto pero vamos con reposo. Claro que se podía ser “más izquierda”. Y a mí me gustaría que paso a paso se fuera “más izquierda”- El Psoe ha pasado unos años brutales de luchas, banderías, egoísmos, egocentrismos, capillitas, liderazgos de media hora- la señorita que entró en la sede diciendo que ella era “allí la autoridad”, entre otras vergüenzas en el día del Golpe bananero que echó a Sánchez- por citar un ejemplo. El Psoe ha metido la pata muchísimo. Ha ido dando bandazos, ha oscilado hasta prácticamente estar en un naufragio. Y yo le he criticado. Y le seguiré criticando, claro que sí. Como critico a los demás partidos. Mi ventaja es que yo no dependo de empresas ni partidos ni amigos que me digan lo que tengo que decir.
Pero sí estoy orgullosa de que el Psoe haya sido capaz de levantarse. De un Presidente que lo tuvo todo en contra, medios, la derecha, la propia izquierda e incluso gentes del partido. Sí estoy orgullosa de un gobierno feminista, de personas válidas, vengan de donde vengan. Sí estoy orgullosa de que en vez de estar hoy hablando de que sale un plasma en la tele diciendo que “no sé nada de ese señor del que usted me habla”, salga alguien de carne y hueso.
Sí estoy orgullosa de que en el gobierno de mi país por primera vez en años no haya corruptos.
Sí estoy orgullosa de escuchar la palabra diálogo. Escuchar, hablar, conciliar, unir.
Que se puede arriesgar más: seguro. Pero yo soy una señora mayor y muy antigua. Y quiero más izquierda, pues claro. Pero no quiero ni asaltar los cielos ni que me regalen sonrisas. Me conformo con que no gobiernen contra mí, con que no me miren perdonándome la vida, con que este país, poco a poco recupere la ética, y la decencia en sus modos de gobernar. Y si podemos ir dando más pasos a la izquierda pues mejor. Pero de momento el aire que respiro es respirable.
Quería decirlo.
Por Alena Collar, doctora en periodismo.