PUNTADA SIN HILO.
La guerra civil española, como cualquier otra de su clase, mezcló de manera confusa la barbarie y el heroísmo, la intemperancia y la lucidez. Quienes mejor parados quedan de ella fueron quienes hicieron todo lo posible por evitar el mayor derramamiento de sangre. De ellos, quien expresó mejor esa voluntad de una forma literalmente más bella fue Manuel Azaña, cuando en un discurso pronunciado en el año 1938 aseguró QUE LOS CUERPOS DE LOS CAÍDOS LLEVARÍAN UN MENSAJE DE " ¡PAZ, PIEDAD Y PERDÓN"! A las generaciones posteriores.
La guerra civil española, como cualquier otra de su clase, mezcló de manera confusa la barbarie y el heroísmo, la intemperancia y la lucidez. Quienes mejor parados quedan de ella fueron quienes hicieron todo lo posible por evitar el mayor derramamiento de sangre. De ellos, quien expresó mejor esa voluntad de una forma literalmente más bella fue Manuel Azaña, cuando en un discurso pronunciado en el año 1938 aseguró QUE LOS CUERPOS DE LOS CAÍDOS LLEVARÍAN UN MENSAJE DE " ¡PAZ, PIEDAD Y PERDÓN"! A las generaciones posteriores.