Antonio Maestre
Madrid | 04/06/2021
La cabra siempre tira al monte y Pablo Casado finge cuando quiere separarse de VOX y se muestra tal como es cuando se une a los postulados posfascistas. Si hay algo que en la política de los últimos años ha laminado a los líderes políticos han sido los cambios radicales de posición sin tiempo para que los electores pudieran asimilarlo. Los costes de radicalizar a tu electorado o enfrentarlo de manera virulenta a unas posiciones para después dar un giro de 180 grados que perturba y desubica a los propios fue lo que se llevó por delante a Albert Rivera. Llamar banda y amigo de terroristas a Pedro Sánchez hasta convertirse en un partido ultra para decir el día después que se aviene a pactar con ese ser infecto no fue comprendido y sus votantes se fueron a VOX. El principio de contradicción debe respetar unos mínimos tiempos para metabolizarse en el electorado.
Esos giros en Pablo Casado se producen, de manera retórica, en su relación con la extrema derecha de forma continua en su escaso tiempo como líder del PP. Un día llama ultraderecha y populista a VOX acusándole de ser uno de los responsable de los males de España. Al día siguiente aparece en los micrófonos del oráculo losantiano para decir que no descarta, si gana las elecciones, tener ministros de VOX. Después insulta y desprecia en una moción de censura al líder ultra tras haber posado antes circunspecto en la Plaza de Colón junto al que fue su amigo de correrías en NNGG. Una plaza a la que volverá en los próximos días. Si algo queda claro en su comportamiento es que cuando las ideas propias no pueden ocultarse entre argumentarios y campañas de propaganda, el líder del PP elegirá a los posfascistas para salir a la calle.
Hay una dinámica habitual en Europa cada vez que un partido de extrema derecha aparece en un país y que tiene que ver con los movimientos pendulares de los partidos conservadores tradicionales y de derecha radical. Es un movimiento en fases que en España no hemos visto aún en el partido ultra porque no ha logrado tocar poder, que es lo que hace que comience a modularse el mensaje en los posfascistas europeos, pero sí lo hemos observado en el PP. En el momento en el que los partidos ultras se consolidan en posiciones de gobierno adoptan mensajes y costumbres de los conservadores, moderan su mensaje y aparecen como menos radicales, más marketing y publicidad y menos ruido y agresividad sin mover un ápice sus convicciones, seguirán queriendo expulsar a niños pero sin llamarlos menas. Los partidos conservadores tradicionales y liberales ya han caído en esa dinámica que consiste en moverse a las posiciones posfascistas en los temas más espinosos cuando ven que los ultras les arrebatan votantes.
Pablo Casado ya ha elegido. Lo hizo hace mucho tiempo a pesar de que el oportunismo le haya hecho separarse de su amigo Abascal en determinados momentos. La rueda de prensa en Ceuta en la que sus ultras insultaron a periodistas por preguntarle sobre la imputación de María Dolores de Cospedal es el último suceso que apunta en la irremediable voxización de Pablo Casado impotente al no ser capaz de marcar un perfil propio entre la radicalidad populista y trumpiana de Isabel Díaz Ayuso en Madrid y el moderantismo decimonónico de Feijóo en Galicia. El líder del PP es un boxeador noqueado buscando en qué lado del ring sostenerse cuando está a punto de besar la lona, pero que sabe que el único modo de sobrevivir al combate es abrazarse a los posfascistas.
Madrid | 04/06/2021
La cabra siempre tira al monte y Pablo Casado finge cuando quiere separarse de VOX y se muestra tal como es cuando se une a los postulados posfascistas. Si hay algo que en la política de los últimos años ha laminado a los líderes políticos han sido los cambios radicales de posición sin tiempo para que los electores pudieran asimilarlo. Los costes de radicalizar a tu electorado o enfrentarlo de manera virulenta a unas posiciones para después dar un giro de 180 grados que perturba y desubica a los propios fue lo que se llevó por delante a Albert Rivera. Llamar banda y amigo de terroristas a Pedro Sánchez hasta convertirse en un partido ultra para decir el día después que se aviene a pactar con ese ser infecto no fue comprendido y sus votantes se fueron a VOX. El principio de contradicción debe respetar unos mínimos tiempos para metabolizarse en el electorado.
Esos giros en Pablo Casado se producen, de manera retórica, en su relación con la extrema derecha de forma continua en su escaso tiempo como líder del PP. Un día llama ultraderecha y populista a VOX acusándole de ser uno de los responsable de los males de España. Al día siguiente aparece en los micrófonos del oráculo losantiano para decir que no descarta, si gana las elecciones, tener ministros de VOX. Después insulta y desprecia en una moción de censura al líder ultra tras haber posado antes circunspecto en la Plaza de Colón junto al que fue su amigo de correrías en NNGG. Una plaza a la que volverá en los próximos días. Si algo queda claro en su comportamiento es que cuando las ideas propias no pueden ocultarse entre argumentarios y campañas de propaganda, el líder del PP elegirá a los posfascistas para salir a la calle.
Hay una dinámica habitual en Europa cada vez que un partido de extrema derecha aparece en un país y que tiene que ver con los movimientos pendulares de los partidos conservadores tradicionales y de derecha radical. Es un movimiento en fases que en España no hemos visto aún en el partido ultra porque no ha logrado tocar poder, que es lo que hace que comience a modularse el mensaje en los posfascistas europeos, pero sí lo hemos observado en el PP. En el momento en el que los partidos ultras se consolidan en posiciones de gobierno adoptan mensajes y costumbres de los conservadores, moderan su mensaje y aparecen como menos radicales, más marketing y publicidad y menos ruido y agresividad sin mover un ápice sus convicciones, seguirán queriendo expulsar a niños pero sin llamarlos menas. Los partidos conservadores tradicionales y liberales ya han caído en esa dinámica que consiste en moverse a las posiciones posfascistas en los temas más espinosos cuando ven que los ultras les arrebatan votantes.
Pablo Casado ya ha elegido. Lo hizo hace mucho tiempo a pesar de que el oportunismo le haya hecho separarse de su amigo Abascal en determinados momentos. La rueda de prensa en Ceuta en la que sus ultras insultaron a periodistas por preguntarle sobre la imputación de María Dolores de Cospedal es el último suceso que apunta en la irremediable voxización de Pablo Casado impotente al no ser capaz de marcar un perfil propio entre la radicalidad populista y trumpiana de Isabel Díaz Ayuso en Madrid y el moderantismo decimonónico de Feijóo en Galicia. El líder del PP es un boxeador noqueado buscando en qué lado del ring sostenerse cuando está a punto de besar la lona, pero que sabe que el único modo de sobrevivir al combate es abrazarse a los posfascistas.
¿Pero puede haber algo peor que pactar con el ex jefe de una banda armada y sus compañeros y con los separatistas que están sangrando a España? Es que hay que tener desfachatez de reprocharle al PP que pacte con VOX.
Los mensajes que mandan por la TV. tienen mucha fuerza para las personas cuando ves una y otra vez
como comunistas progresistas lanzan mensajes contra este partido poniendolo peor que a los paisanos
de los etarras y los que intentaron y lo harán de nuevo destrozar España pues en muchos termina por calar
y creerselo aun siendo inteligentes les comen el coco de tal manera que se creen que VOX es peor que los de la ETA
incluso llegando a olvidar los 900 muertos que tienen a sus espaldas entre mayores y niños.
Hasta este punto llegan algunas personas el odio a unos que ni han mandado y sera dificil que manden y otros
que si han hecho mucho daño y que a la primera de cambio lo haran de nuevo que se odie a los que han saqueado
como los ERES, Gurtes y los que estan juzgando aun que dejaron las arcas vacías tiene un pase pero alguien que aun
no le ha dado tiempo a hacer nada ""no lo comprendo"" aun siendo como soy un poco corto.
Como este tertuliano que parece inteligente dando el tiempo de la sierra, sabe todo sobre el cobid y las mascarillas
puede meter la pezuña en un tema como ese. (que nos diga si es que son peores que los que segaron la vida de inocentes)
o acaso los esta comparando o es porque pertenece a los progresistas.
como comunistas progresistas lanzan mensajes contra este partido poniendolo peor que a los paisanos
de los etarras y los que intentaron y lo harán de nuevo destrozar España pues en muchos termina por calar
y creerselo aun siendo inteligentes les comen el coco de tal manera que se creen que VOX es peor que los de la ETA
incluso llegando a olvidar los 900 muertos que tienen a sus espaldas entre mayores y niños.
Hasta este punto llegan algunas personas el odio a unos que ni han mandado y sera dificil que manden y otros
que si han hecho mucho daño y que a la primera de cambio lo haran de nuevo que se odie a los que han saqueado
como los ERES, Gurtes y los que estan juzgando aun que dejaron las arcas vacías tiene un pase pero alguien que aun
no le ha dado tiempo a hacer nada ""no lo comprendo"" aun siendo como soy un poco corto.
Como este tertuliano que parece inteligente dando el tiempo de la sierra, sabe todo sobre el cobid y las mascarillas
puede meter la pezuña en un tema como ese. (que nos diga si es que son peores que los que segaron la vida de inocentes)
o acaso los esta comparando o es porque pertenece a los progresistas.