TRIANA. Un aplauso para las fuerzas del orden. Hay...

Un antidisturbio en Cádiz: «Dan ganas de irte, que arda todo; nos han abandonado»

Un policía relata cómo vive la dura huelga del metal: «Los mismos que antes nos aplaudían en la pandemia ahora nos llaman asesinos»

María Almagro.

CÁDIZ. Actualizado: 24/11/2021 09:01h.

Llevan días preguntándose si merece la pena. Sintiéndose abandonados en muchas ocasiones en medio de un conflicto del que todo el mundo opina pero, al final, viendo que los que están en la calle y los que se sienten realmente juzgados por, básicamente, hacer su trabajo, son ellos. Son policías nacionales, antidisturbios. Agentes de unidades especiales como la UIP o la UPR cuyo principal cometido es el control de masas y el mantenimiento del orden público. Esa es su función. Por ello visten el uniforme azul.

Pero cuando se cumple más de una semana de la huelga del metal en Cádiz los ánimos empiezan a flojear. No porque les cueste realizar su labor –ya están acostumbrados–, sino porque ahora que, de nuevo, se cuestiona si emplean o no la fuerza adecuada se sienten incomprendidos y en medio de un fuego en el que nadie les defiende.

Asesinos, represores, perros… son los calificativos que están recibiendo. Y hace mella. «A veces es complicado. Somos personas, tenemos familia, entendemos cualquier protesta o reivindicación; pero si se actúa es porque se tiene que hacer, porque están quemando contenedores y puede provocar un incendio, porque nos tiran de todo, porque taponan el acceso a un hospital, a una empresa, porque cortan calles y afecta a todo el mundo… No se hace por gusto, se actúa contra la violencia, contra el vandalismo».

«Con la nueva ley de Seguridad Ciudadana esto va a ir a peor... Siempre, por protocolo, se actúa con la fuerza mínima necesaria»

Habla uno de esos agentes que está en primera línea estos días en Cádiz. Un policía que lleva no sabe ni cuántas horas ya de servicio, levantándose de madrugada y acabando cuando sea para ir a hacer presencia en piquetes y concentraciones. Para que el que quiera trabajar, pueda, y el que no y esté ejerciendo su derecho a la huelga, también pueda manifestarse sin problemas. «Claro que entendemos la frustración o la desesperación. Nosotros también somos trabajadores», insiste. Sin embargo le llueven los insultos y las amenazas. «Fíjate, antes nos aplaudían en la pandemia y ahora muchas de esas personas nos están llamando asesinos. Y somos los mismos».

Este policía, que prefiere no identificarse por razones obvias, lleva años en la calle. «Pero ahora nos sentimos mucho más indefensos. No tenemos el respaldo de ningún político y encima con la nueva ley de Seguridad Ciudadana todo va a ir a peor», presagia. «Usamos pelotas de goma, sí; pero es un medio defensivo ante un ataque, en cuanto a la tanqueta famosa es para retirar barricadas, fuegos, y protegernos, y todo eso lo van a quitar con la nueva ley, ¿Lo siguiente qué es? ¿Nos vamos a casa y que arda todo? Luego dirán que hay pasividad, que la Policía dónde está... Pues es lo que te dan ganas de hacer». Y recuerda: «El otro día me tiraban piedras, cristales, varillas incandescentes… yo respondí con salvas y con pelotas de goma, ¿eso es represión? Siempre se actúa con la fuerza adecuada y de la manera que sabemos que puede hacer menos daño. Por protocolo es así».

Estos agentes ven la reforma proyectada por el Gobierno como una amenaza. Si no hubieran tenido las pelotas de goma, tendrían que haber entrado en el cuerpo a cuerpo con los alborotadores para disolverlos, lo que supone un peligro mayor para unos y otros. Un dato: entre los manifestantes no hay un solo herido, y sí varios policías lesionados. Y todavía hay quien, incluso desde el Gobierno, habla de fuerza desproporcionada.

TRIANA. Un aplauso para las fuerzas del orden. Hay gente que no sabe lo que tenemos.
Un saludo.
Respuestas ya existentes para el anterior mensaje:
Ángel, la verdad es que tienen coraje con tanto aguante que están teniendo, ¡menudo paciencia tienen!

Un saludo.