Vaya pulgas que gastaban los hermanos. El que estorba...

PACO.
Rómulo y Remo.
Roma, como muchos pueblos, a falta de datos concretos, referente a sus orígenes, inventa leyendas más o menos adaptadas a la imaginación del lector. Una de las leyendas más extendida es la de Rómulo.

En la ciudad de ALBALONGA, situada a orillas del lago Albano, Reinaba Amulio, que había destronado a su hermano Numitor. Para regir seguro la ciudad usurpada, Amulio encerró por fuerza a su sobrina Rea Silvia con las vestales. Pero ocurrió... (mañana se lo cuento).

(Continuará).

Capítulo II.
... Pero ocurrió que el dios Marte dio a Rea Silvia dos hijos gemelos: Rómulo y Remo, enterado Amulio hizo arrojar a los niños al Tíber metidos en una cesta. Bajaba muy crecido el río y, al retirarse las aguas, los niños quedaron en la orilla.

¿Qué ocurrió? Mañana se lo cuento. No se lo pierda.

CAPÍTULO III.

¿Qué ocurrió? Pues una loba que pasaba por ese lugar, más compasiva que los hombres los amamantó hasta que fueron descubiertos por un pastor, que los crió secretamente. Cuando fueron mayores reconociólos su abuelo Numitor. Ellos le restablecieron en el trono y llegaron a ser fundadores de la nueva ciudad de LAS SIETE COLINAS.

Curiosa en extremo era la fundación de una ciudad según el rito etrusco. El fundador trazaba con el arado un recinto cuadrangular como límite de la urbe. La reja era de bronce, y la yunta debía estar compuesta por un toro y una ternera blanca. ¿Qué sucedió? Mañana se lo cuento. Es interesante. No se lo pierda, dado que, es el último capítulo.

Capítulo IV.

Habíamos quedado en que el surco era abierto por una pareja de animales: un toro y una ternera blancos. Varios hombres iban detrás, echando dentro del recinto todas las partículas de tierra. El surco era sagrado; nadie podía atravesarlo sino por los sitios fijos que a manera de puertas se señalaban levantando el arado. Remo, orgulloso, desacató la prescripción y atravesó el surco; pero Rómulo abalanzándose sobre el profanador, le dio muerte: Así quedó Rómulo, único rey y fundador de la ciudad que tomó su nombre. FIN.

Vaya pulgas que gastaban los hermanos. El que estorba se lo quitaban de enmedio.

Por aquí sin ser leyendas también ocurrían cosas. Alguna dijo que la heredera no estaba cuerda.