De Luis del Val.
Necesito la ayuda de los oyentes para entender algo que, a primera vista, parece incomprensible. Miren ustedes, este fin de semana, en Calella, a un tiro de neumático de Barcelona, la temperatura máxima estará entre los 14 y los 23 grados, un sol espléndido, y una brisa de 6 kilómetros por hora, de esas que acarician y refrescan. Y, de pronto, unos tipos en buena situación económica, que podrían disfrutar de ese placer, no sólo este fin de semana, sino muchos más, hacen las maletas, y se marchan a vivir a Suiza, sin despedirse de nadie.
Cambiar el Mediterráneo por Suiza es algo así como cambiar la Feria de Abril de Sevilla por un tanatorio. Si eligen Ginebra, bueno, siempre pueden mirar el Lago Lemán e imaginar que es el Mediterráneo, pero si se van a Zúrich es algo así como irse a vivir a Frankfurt, de donde se rumorea que alguien, una vez, comió pescado.
¿Qué ha pasado aquí? Sí, es cierto que estaban en un sumario acusados de lo del Tsunami, pero tienen buenos abogados y, además, les han prometido una amnistía, a medida, para que no les tire de la sisa.
¿Qué les han dicho sus abogados para perderse, no sólo este fin de semana, sino todos los que vienen, e irse a vivir lejos de la familia, de los amigos, y posiblemente las próximas navidades? Algo grave, porque ni usted, ni yo, nos vamos a vivir a Suiza, y menos ahora que faltan las fiestas de San Isidro, las del verano, las de San Fermín, la vendimia, las del Pilar, etcétera.
Ayer, me comentaba un excelente abogado, cuyo nombre no voy a decir, que ya no se trata de que el PP recurra a la UE: es que cualquier juez español es también un juez de la UE. Y puede decidir que no aplica la amnistía, porque cree que está en contra de las leyes europeas.
¿Y qué puede hacer el presunto perjudicado? Protestar ante la Unión Europea, acusando al juez de prevaricador. ¿Y cuál será la respuesta de la UE? Pues debe de haber muchas dudas, porque algunos han abandonado familia, amigos y paisaje, y se han ido a Suiza, donde no creo que haya muchas fiestas patronales.
Necesito la ayuda de los oyentes para entender algo que, a primera vista, parece incomprensible. Miren ustedes, este fin de semana, en Calella, a un tiro de neumático de Barcelona, la temperatura máxima estará entre los 14 y los 23 grados, un sol espléndido, y una brisa de 6 kilómetros por hora, de esas que acarician y refrescan. Y, de pronto, unos tipos en buena situación económica, que podrían disfrutar de ese placer, no sólo este fin de semana, sino muchos más, hacen las maletas, y se marchan a vivir a Suiza, sin despedirse de nadie.
Cambiar el Mediterráneo por Suiza es algo así como cambiar la Feria de Abril de Sevilla por un tanatorio. Si eligen Ginebra, bueno, siempre pueden mirar el Lago Lemán e imaginar que es el Mediterráneo, pero si se van a Zúrich es algo así como irse a vivir a Frankfurt, de donde se rumorea que alguien, una vez, comió pescado.
¿Qué ha pasado aquí? Sí, es cierto que estaban en un sumario acusados de lo del Tsunami, pero tienen buenos abogados y, además, les han prometido una amnistía, a medida, para que no les tire de la sisa.
¿Qué les han dicho sus abogados para perderse, no sólo este fin de semana, sino todos los que vienen, e irse a vivir lejos de la familia, de los amigos, y posiblemente las próximas navidades? Algo grave, porque ni usted, ni yo, nos vamos a vivir a Suiza, y menos ahora que faltan las fiestas de San Isidro, las del verano, las de San Fermín, la vendimia, las del Pilar, etcétera.
Ayer, me comentaba un excelente abogado, cuyo nombre no voy a decir, que ya no se trata de que el PP recurra a la UE: es que cualquier juez español es también un juez de la UE. Y puede decidir que no aplica la amnistía, porque cree que está en contra de las leyes europeas.
¿Y qué puede hacer el presunto perjudicado? Protestar ante la Unión Europea, acusando al juez de prevaricador. ¿Y cuál será la respuesta de la UE? Pues debe de haber muchas dudas, porque algunos han abandonado familia, amigos y paisaje, y se han ido a Suiza, donde no creo que haya muchas fiestas patronales.