En el reino de Dios, el más pequeño será el más grande. La humildad es un don preciado que deben poseer aquellos que aspiren a ser algo ante Dios. La humildad y la caridad son fundamentales para la superación. Buscadlas y encontraréis la paz y tranquilidad de espíritu deseada por todos. Si en algo tenemos que ser grandes, que sea en el amor a Dios y al prójimo, con deseo de agradar siempre a Dios. Caminad por este sendero y alcazaréis la vida eterna.