Sigamos trabajando en la Viña del Señor hasta que se cumpla la hora y seamos llamados a realizar otra tarea. El camino a seguir es difícil para aquellos que no tienen la disposición interior, pero se facilita si tenemos la fortaleza y firmeza en lo que deseamos. El trabajo es una contínua labor de amor al prójimo y comprensión. Cuando se logra llegar a este entendimiento y mirar a todo lo creado como obra de Dios, se consigue la evolución interior necesaria para allanar el camino haciendo la andadura más sencilla.