Sí tienes que demostrártelo a tí mismo, pues en tu larga parrafada se vislumbra que estás confuso, a pesar de haber adoptado esa doble personalidad. Estamos viviendo en un mundo de ilusión que se ha disfrazado de actores del teatro de la vida. La fe, se tiene o no se tiene. Cuando se carece de ella vienen de inmediato los cuestionamientos, una veces nítidos y otras confusos. Brota una verborrea que intenta hacernos creer lo que normalmente no es y así vivimos en el error hasta que la muerte, esa buena amiga, rompe el telón y nos hace pasar a la parte donde ya sí sabemos identificarnos y ser conscientes de la Verdad.