Bendito eres, Señor Dios, por el amanecer de un nuevo día.
Te alabo por el don de la vida que me has dado
y que hoy uno a la de Jesús quien por nuestra salvación y por infinito amor,
murió en la cruz.
Te pido por la vida de todos mis hermanos,
especialmente por los que hoy están en peligro de ser abortados o de otras formas asesinados.
Reconozco Señor que solo tu eres dueño y tienes derecho absoluto sobre la vida y la muerte,
que solo quieres nuestro bien ahora y en la eternidad.
Te pido también por aquellos que se proponen cegar una vida
ya sea en sus entrañas o en cualquier lugar o por cualquier razón.
Te ofrezco hoy mi vida, para propiciar el reinado de los Corazones de Jesús y de María,
reino de amor, justicia y felicidad.
Que tu reino de vida que venza a la cultura de la muerte. Amén.