El Maestro nos dejó esta sencilla oración:
"Padre nuestro que estás en los Cielos, santificado sea tu nombre, venga a nosotros Tu Reino y hágase Tu voluntad, así en la Tierra como en el Cielo.
El pan nuestro de cada día dánosle hoy, perdónanos nuestras deudas así como nosotros perdonemos a nuestros deudores, infúndenos la tentación, pero líbranos del Mal. Amén."
Si se pone el corazón en esta plegaria, la paz lo embargará. Practicadla.
"Padre nuestro que estás en los Cielos, santificado sea tu nombre, venga a nosotros Tu Reino y hágase Tu voluntad, así en la Tierra como en el Cielo.
El pan nuestro de cada día dánosle hoy, perdónanos nuestras deudas así como nosotros perdonemos a nuestros deudores, infúndenos la tentación, pero líbranos del Mal. Amén."
Si se pone el corazón en esta plegaria, la paz lo embargará. Practicadla.