Hay tres cosas que deberian ser intocables; la vivienda, el sueldo y las cuen tas bancarias. Esto es un robo legal.! PERO CON QUE DERECHO!
Pero lo que ademas de un robo es indigno es que algo como la vivienda, en la que una familia viive y se refujia, sea arrebatado por una deuda sea del indole que sea. Eso significa ser esclavo y no poseer en verdad nada, dado que te pueden pedir lo que sea y si no se lo das te quitan tu nido, tu refugio, tu riconcito en donde cobijas a los tuyos. ¡ESO NO DEBERIA DE PERMITIRSE JAMAS!, ESCOMO PERMITIR QUE TE QUITEN LA DIGNIDAD y digo eso en recuerdo del Padre de familia de Castelldefels-Barcelona que desesperado por ese echo se colgo delante del Ayuntamiento de Castelldefels en Barcelona y de tantos otros como el que desesperados por este echo se han visto conducidos a actos desesperados.
Pero lo que ademas de un robo es indigno es que algo como la vivienda, en la que una familia viive y se refujia, sea arrebatado por una deuda sea del indole que sea. Eso significa ser esclavo y no poseer en verdad nada, dado que te pueden pedir lo que sea y si no se lo das te quitan tu nido, tu refugio, tu riconcito en donde cobijas a los tuyos. ¡ESO NO DEBERIA DE PERMITIRSE JAMAS!, ESCOMO PERMITIR QUE TE QUITEN LA DIGNIDAD y digo eso en recuerdo del Padre de familia de Castelldefels-Barcelona que desesperado por ese echo se colgo delante del Ayuntamiento de Castelldefels en Barcelona y de tantos otros como el que desesperados por este echo se han visto conducidos a actos desesperados.
"! Hola hermano!! Hola semejante, cuyos únicos bienes, son las calles frías del mundo!
Verás, estos día en que me acuerdo un poco mas a ti, mi semejante: me pregunto si yo soy el culpable, de tu lecho de cartones. de tu choza, de que lloren en ella tus hijos, y les tengas que consolar, con un juguete, que otros niños han arrojado en alguna parte.
Verás hermano, Me sincero hoy, por que algo me roe, desde mi mesa aceptable, y porque pasas a mi lado, y apenas me detengo. Y me grito. Y lanzo un grito muy fuerte, a palacios, grandes maisones, y hasta los templos los grito, convencido, de que no palían tu miseria.
me dirás que soy un charlatan, que mis palabras, no te alibian. que paso a tu lado y no me detengo. que de tarde en tarde escucho tius gemidos, y con una limosna pretendo ñlavar mi conciencia.
En este momento, en que un villancico esparce su voz por entre lujosos edificios, hermano. te estoy mirando de cerca, y avergonzado te tiendo la mano. Me lo pide mi conciencia. me reprocha mi conciencia, mientras me alejo de la ciudad, hasta tu choza en los suburbios, sin flores, y si con mucho barro.
Me mancho los zapatos, mientras pienso en que tus pequeños tal vez tiriten de frío y ni tan siquiera tienen zapatos.
Si me miras, te darás cuenta, que soy uno de los muchos que pasan de lado, que te retiran su mano... y que solo en estos momentos, me nacen sentimientos altos, que estoy seguro, que entre tantas voces inútiles, se borrarán.
¿Sabes que me estoy diciendo ahora, que me está llamando tu llanto? Qu no quiero pasar a tu lado, sin decirte nada. Que me mires. Que me comprendas. Que te apiades de mi para ver si yo me apiado, Que hablemos. Que nos entendamos, para ver si para siempre, el mundo cesa en sus penosas bofetadas.
En las noches heladas, hasta los villancicos calientes, se hielan.
A cada hora crece el llanto en mil belenes.
A cada minuto alguien desangra por su costado.
Saludos hermano, hoy que me crecen tus belenes.
Verás, estos día en que me acuerdo un poco mas a ti, mi semejante: me pregunto si yo soy el culpable, de tu lecho de cartones. de tu choza, de que lloren en ella tus hijos, y les tengas que consolar, con un juguete, que otros niños han arrojado en alguna parte.
Verás hermano, Me sincero hoy, por que algo me roe, desde mi mesa aceptable, y porque pasas a mi lado, y apenas me detengo. Y me grito. Y lanzo un grito muy fuerte, a palacios, grandes maisones, y hasta los templos los grito, convencido, de que no palían tu miseria.
me dirás que soy un charlatan, que mis palabras, no te alibian. que paso a tu lado y no me detengo. que de tarde en tarde escucho tius gemidos, y con una limosna pretendo ñlavar mi conciencia.
En este momento, en que un villancico esparce su voz por entre lujosos edificios, hermano. te estoy mirando de cerca, y avergonzado te tiendo la mano. Me lo pide mi conciencia. me reprocha mi conciencia, mientras me alejo de la ciudad, hasta tu choza en los suburbios, sin flores, y si con mucho barro.
Me mancho los zapatos, mientras pienso en que tus pequeños tal vez tiriten de frío y ni tan siquiera tienen zapatos.
Si me miras, te darás cuenta, que soy uno de los muchos que pasan de lado, que te retiran su mano... y que solo en estos momentos, me nacen sentimientos altos, que estoy seguro, que entre tantas voces inútiles, se borrarán.
¿Sabes que me estoy diciendo ahora, que me está llamando tu llanto? Qu no quiero pasar a tu lado, sin decirte nada. Que me mires. Que me comprendas. Que te apiades de mi para ver si yo me apiado, Que hablemos. Que nos entendamos, para ver si para siempre, el mundo cesa en sus penosas bofetadas.
En las noches heladas, hasta los villancicos calientes, se hielan.
A cada hora crece el llanto en mil belenes.
A cada minuto alguien desangra por su costado.
Saludos hermano, hoy que me crecen tus belenes.