Una monjita se sube a un taxi frente a la estación de tren de Cádiz, en medio de la noche oscura.
El taxista durante todo el camino se le queda mirando por el espejo y, cuando ella se da cuenta, le pregunta:
- Hijo... ¿Qué es lo que ves?
- Perdón madre, me da muchísima verguenza decírselo, yo no quisiera ofenderla.
- Pero, hijo mío, en mi vida yo he visto muchas cosas y no creo que puedas decirme algo que me pueda ofender.
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Mari el
chiste es buenísimo, mi marido dice que se lo mandé a él, para contarlo a sus
amigos, ha valido la pena entrar en hoy en el foro, ahhh y no te cortes digan lo que digan