La sensación que produce estar en el campamento base del punto más alto del continente americano, la Aconcagua, es el de tener el mundo a los píes. Sentirse como un pájaro en un lugar donde se escucha el silencio. La altitud de éste es de 6.959 metros sobre el nivel del mar. Es mágico para los deportistas de la montaña de medio mundo. Por la cara norte, cada año más de 7.000 andinistas de los cinco continentes intentan conquistarlo, donde tan sólo un 30% lo consiguen, cobrándose, al mismo tiempo, 3 vidas por temporada. Dos españoles, este año, han dejado su vida.
La cara sur es una de las paredes más peligrosas del mundo, debido a los aludes de nieve que se desprenden de una manera imprevisible. Los más nostálgicos dejan escrito que si su vida se queda por el camino quieren ser enterrados en el pequeño cementerio que se encuentra al píe de la Aconcagua.
Tal como apuntaba, la sensación de encontrarse en un punto tan emblemático, es el de estar muy cerca del cielo. Creo entender a los “locos” enamorados del montañísmo. Desde aquí las alas de los turistas quieren abrirse para planear sobre el valle que rodea la cordillera.
PUENTE DE INCA
De vuelta hacia la plana de Mendoza, situada, ésta, a unos setecientos metros de altura y dejando atrás el Puente de Inca y sus aguas medicinales que recorren mansamente por el lugar, se llega a las cercanías de la capital mendozina donde la viña da color al campo y perfume a la uva que más tarde, una vez realizada la correspondiente fermentación, se convertirá en vino de perfil moderno, complejo y para conquistar a los enófilos enamorados de los sabores del Nuevo Mundo.
La variedad de uva Malbec, negra, y que en esta zona de Mendoza se ha asentado al terruño mejor que en cualquier otro punto del panorama mundial, conjuntamente con la Cabernet Sauvignon, la Merlot, el Syrah, la Chardonnay, la Sauvignon Blanc, y la Torrontés, son los pilares más importantes de la industria vinatera argentina, y donde los colonizadores españoles la introdujeron hace siglos intuyendo que la tierra, el clima semi-desértico y el efecto térmico regulador que viene dado por la pre-cordillera andina contrastando las temperaturas del día y la noche hasta unos 14 grados, confieren unos productos vinateros únicos, que han sorprendido a medio mundo. Por este motivo Mendoza ha sido incluída dentro de las 8 Capitales Mundiales del Vino (Great Wine Capitals), y el año próximo la asamblea internacional de este estamento se celebrará en esta capital, como un acto institución de bienvenida al club de los selectos.
De la importancia que tiene la zona para el cultivo de la viña se dio cuenta hace mucho tiempo la empresa catalana Codorníu, que el año 1999 adquirió 306 hectáreas de terreno, de las cuales 150 están plantadas en las variedades clásicas y la Tempranillo, importada de nuestro país. La bodega lleva el nombre de Séptima, que significa el séptimo proyecto puesto en marcha por el grupo catalán. Los prestigiosos arquitectos argentinos Eliana Bórmida y Manoyandión diseñaron la impresionante bodega construída con la técnica de los aborígenes Pircea, que consiste en piedras del lugar colocadas estratégicamente una encima de la otra. Con el óxido de estas piedras, mezclado con pintura, configuraron el color de ésta, donde la madera quebracho cobrado, el hierro y la propia piedra sustentan su estructura.
USPALLATA, ESCENARIO DE PELÍCULA
El río Mendoza, que representa el suministro de agua a la ciudad, nace en Punta de Vacas, en el punto donde se divide territorialmente la Argentina y Chile. El río se forma del deshielo de la nieve de las montañas y desenvoca en Proterillos, que es un envase de reserva de agua y a la vez un punto turístico que está dotado de casas de verano. En el trayecto, hay la oportunidad de ver un trazado de la vía de tren que hasta hace 28 años enlazaba Mendoza con Viña del Mar, en Chile. Ahora está a punto de ponerse en marcha un proyecto de restauración de esta vía para activar un nuevo servicio de tren para mercancías entre las dos ciudades. Este tren era conocido como el Transalpino, y contará, cuando esté restablecida la vía, con un servicio turístico.
La ruta que une a Mendoza con la Aconcagua, de unos doscientos kilómetros, presenta al pueblo del Río, con cabañas situadas estratégicamente, y equipadas con todos los servicios. Cada una de éllas está pegando al río Mendoza, disfrutando, también, del frescor que aportan las aguas que remansan por su cauce. 14 túneles se presentan por el trazado, que se abrió en el año 1978.
BRAT PITT
Uspallata, la villa más importante de las cercanías, fue escenario natural para la grabación de la película 7 años en el Tíbet, protagonizada por Bratt Pitt. El hotel los Cóndores, el restaurante el camionero, el hotel Uspallata, y el hotel Villa Andina, son unas buenas propuestas para disfrutar de un tranquilo descanso y una excelente restauración autóctona de la región.
La división territorial entre Argentina y Chile está situada en Punta de Vacas. El nombre le viene dado por que aquí en tiempos remotos los vehículos de transporte de mercancías que hacían la ruta entre los dos países no podían alcanzar la cima. Éstos eran tirados por vacas hasta el comienzo de la caída de la montaña por la otra parte. Allí continuavan el camino hacia Chile, o en sentido contrario.
Enric Ribera Gabandé
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