A todos y todas os deseo que participéis de la felicidad que nos trae el Salvador, Jesús de Nazaret. También estos deseos para los que no conocen o rechazan el mensaje evangélico de la Navidad, del amor, para quienes en su corazón sólo descubren en los demás odio, intriga, superficialidad. Que el Señor os haga descubrir su presencia, no le deis la espalda, que viene cargado de amor.