Cuando yo iba para Galicia, hace ya mucho tiempo, a primeros de los años 50 si que los trenes tenían los asientos de madera, tardaban los "rápidos" más de 24 horas en llegar de Madrid a Vigo y cuando llegabas tenías que cambiarte hasta la ropa interior, de la carbonilla que, quisieras o no, tenías que tragar durante el viaje. Por cierto, ahora me doy cuenta que de ésto y de las muchas anécdotss que ocurrieron en mis viajes no cuento nada en mis "Añoranzas" el libro que reciéntemente acabo de publicar ... (ver texto completo)