La luna salió descalza
a vigilar los caminos
con bufanda algodonada
y luces de llanto y trigo.
Con el miedo de las sombras
se metió entre los olivos,
y un olivar plateado
mandó sus sombras al río.
- ¡Niño, deja de mirarme,
que esa canela de lirios
... (ver texto completo)
La
luna estaba mirandose
en los espejos del rio.
Tenia los cabellos cortos
y el pantalon humedecido.
Un gato que estaba paseando
por los aleros del tejado
dijo. ¡Miau: Yo no hecido el culpable
de lo sucedido! y se marcho por
donde habia venido.