Mensajes de La Poesía enviados por Ramsés:

¡Hombre! pensador libre, crees que sólo tú piensas
en este mundo en que la vida estalla en todo:
de las fuerzas que tienes tu libertad dispone,
pero de tus consejos se desentiende el cosmos.

En las bestias respeta un espíritu activo…
cada flor es un alma abierta a la natura;
un misterio de amor en el metal reposa:
todo es sensible; ¡y todo sobre tu ser actúa!
... (ver texto completo)
Ven sobre mi corazón, alma cruel y sorda,
tigre adorado, monstruo de aires indolentes;
quiero, por largo rato sumergir mis dedos temblorosos
en el espesor de tu melena densa;

En tus enaguas saturadas de tu perfume
sepultar mi cabeza dolorida,
y aspirar, como una flor marchita,
el dulce relente de mi amor difunto.
... (ver texto completo)
Cuando llega la vejez..
y nos sienta en el sillón para descanso
se puede recostar la espalda y quitarse los zapatos
Ya no hay caminos que andar, ni ríos para cruzar.
Ya no se piensa en ser fuerte
le seguimos la corriente al pensar de los demás
Las horas se hacen más largas
y es por tanto meditar.
Cuando llega la vejez...
y la mirada se pierde más allá del horizonte ... (ver texto completo)
Aléjate de mí, aunque se que siempre,
he de permanecer en tu sombra.
Y nunca, solitario,
alzándome en los mismos umbrales de la vida
recóndita, podré gobernar los impulsos
de mi alma, ni levantar la mano como antaño,
hacia el sol, serenamente, sin que perciba en ella
lo que intenté hasta ahora apartar: el contacto
de tu mano en la mía.
Esta anchurosa tierra ... (ver texto completo)
Cruel? Creo que nunca hubo una trampa
más infame y agotadora que esta!
No es un sueño, así lo decía mi corazón,
con la sobria certeza del despertar.

Sueños? Yo conozco sus rostros,
en apariencia agradables; vaporosos,
adornados de alas multicolores;
He tenido sueños antes, y esto no es soñar.
Llega la luz del día, y la alegría cubre mi pesar. ... (ver texto completo)
Vagamos por un tiempo (este fue mi sueño)
por un largo sendero de la Tierra Muerta,
dónde sólo las amapolas crecen en la arena,
aquellas que arrancamos con escasa estima,
y siempre tristes, hacia una triste corriente
seguimos avanzando con los dedos entrelazados,
bajo las estrellas distantes, un camino imprevisto,
la visión de todas las cosas en la sombra de un sueño.

Y siempre tristes, mientras las estrellas expiraron, ... (ver texto completo)
Tristeza, alado ser que recorres el mundo,
aquí y allí, a través del tiempo, pidiendo reposo,
si reposo es acaso la dicha que el Dolor reclama.

Un pensamiento yace cerca de su corazón,
profunda pena de voluptuoso calor,
una hierba seca en el río creciente,
una lágrima roja que recorre la corriente.

Corazones que cortan las cadenas, ... (ver texto completo)
Dilo, dilo otra vez, y aún otra más
que me quieres, aunque esta palabra duplicada,
en tus labios, el canto del jilguero recuerde.
Y no olvides que nunca la fresca primavera
llegó al monte o al llano, al valle o a los bosques,
en su entero verdor, sin la voz del jilguero.
Me saluda en las sombras, amada mía, incierta,
esa voz de un espíritu, y en mi duda angustiosa,
grito: ¡Vuelve a decir que me quieres! ¿Quién
teme demasiadas de estrellas, aunque los cielos se llenen, ... (ver texto completo)
Un simple abrazo nos enternece el corazón;
nos da la bienvenida y nos hace más llevadera la vida.

Un abrazo es una forma de compartir alegrías
así como también los momentos tristes que se nos presentan.

Es tan solo una manera de decir a nuestros amigos
que los queremos y que nos preocupamos uno por el otro
porque los abrazos fueron hechos para darlos a quienes queremos.
... (ver texto completo)
Hola Ransés, que tal estás?, te haces de rogar, ya pregunté por tí. En el tema.. ¿Cuanto cuesta un entierro?.

Un abrazo.
Hola Ines, lo siento no he visto tu mensaje, en el tema del entierro, lo he buscado y no lo encuentro.
Me perdonas, ¿Si tu me dices ven lo dejo todo?, pero es que no entro en todos los temas, para no molestar a nadie, siempre hay algu@ al acecho y ¿Zas? el dedo en el ojo, pero para ti estaré siempre mi apreciada amiga, te recuerdo mucho ya que llevo en mi mente nuestra tierra, y con el pensamiento recorro sus caminos, entre acebuches y retamas, respirando los aromas del aire de la sierra, ¿Nuestra ... (ver texto completo)
Sufro sin enseñar mi descontento,
y amo, aunque deba aparentar odio.
No me atrevo a expresar mis sentimientos,
Parezco mudo, aunque por dentro hablo.
Soy y no soy, en llamas me congelo,
Pues he dejado de ser yo, no soy más mío.

Este dolor es como mi sombra,
me sigue al vuelo y vuela si lo sigo,
me acompaña y hace lo que hago, ... (ver texto completo)
Después del feroz verano todas sus llamas
se han consumido en cenizas, han expirado
en la intensidad de su propio calor,
allí arriba la suavidad, leve, del día de San valentín,
coronada con la calma de la paz, triste y brumosa.
El después del amor nos ha llevado, cansado
de la agonía y los tormentosos deseos,
hasta una larga mirada de amistad: ojo fugaz
que nos invita a seguirlo, y a cruzar
los frescos y verdes valles que vagan sin cuidado. ... (ver texto completo)
El primer tinte de la naturaleza es dorado,
Para mantener su verde más intenso.
Su hoja temprana va floreciendo
Y vive apenas un instante.
La hoja muere al caer, danzante,
Como se hundió el Edén muy a su pesar,
Así el alba día a día desciende,
Pues nada dorado permanece.
Oh, silencioso bosque, te atravieso
con el corazón tan lleno de miseria
por todas las voces que caen de los árboles,
y las hierbas que rasgan mis pies.

Deja que me siente en tu sombra más oscura,
mientras los grises búhos vuelan sobre ti;
allí he de rogar tu bendición:
no convertirme en una ilusión,
no desvanecerme en un lento letargo. ... (ver texto completo)
Igualmente, saludos para usted Ransés
Por favor, no me llames mas de usted, soy bastante tímido y me da que no quieres mi amistad.
Muchas gracias Mundo.
Por todo tu aoyo. Siempre digo, que expreso lo que siento, nada más.
Un besazo.
Mis saludos tambien para ti Peregrina.
Peregrina, me encanta tu forma de expresar los sentimientos, te felicito por ello, me ha encantado este bonito y emotivo poema. ¡Enhorabuena!.

Besos.
Ines buenas tardes y feliz día.
He venido a enterrar el Amor
debajo de un árbol,
en el bosque negro y alto,
donde nadie lo pueda ver.

No pondré flores en su cabeza,
ni una lápida a sus pies,
pues esos labios que tanto amaba
fueron amargos, nada.
... (ver texto completo)
Reina el silencio: fúlgidas en tanto,
luces de amor, purísimas estrellas,
de la noche feliz lámparas bellas,
bordáis con oro su enlutado manto.

El placer duerme y vela mi quebranto,
y rompen el silencio mis querellas,
volviendo el eco, unísono con ellas,
de aves nocturnas el siniestro canto.
... (ver texto completo)
¿Dónde está el poeta? Nueve Musas,
reveládmelo, que Pueda conocerlo.
Es aquel hombre que ante cualquiera
como un igual se siente, aunque fuere el monarca
o el más pobre de toda la tropa de mendigos;
o es tal vez una cosa de maravilla: un hombre
entre el simio y Platón;
es quien, a una con el pájaro,
reyezuelo o águila, el camino descubre
que a todos sus instintos conduce; el que ha oído ... (ver texto completo)
¿No te interesa mi amor? -me preguntó con amargura.

Le alcancé el espejo y dije:
¡Tenga a bien dirigirle esas preguntas a quien corresponda!
¡Tenga a bien formular sus pedidos a la central!
¡En todas las cuestiones de importancia emocional,
diríjase directamente a la suprema autoridad!

De modo que le pasé el espejo.
... (ver texto completo)
¡Oh, cuál te adoro! con la luz del día
tu nombre invoco apasionado y triste,
y cuando el cielo en sombras se reviste
aun te llama exaltada el alma mía.

Tú eres el tiempo que mis horas guía,
tú eres la idea que a mi mente asiste,
porque en ti se concentra cuanto existe,
mi pasión, mi esperanza, mi poesía.
... (ver texto completo)
Hiéreme. No me importa.
Duéleme en todo lo mío;
en mi sangre y mi alma,
en mi corazón y en mis pensamientos.
Dame un hondo dolor
si no puedes darme un perdurable gozo.
¡Está en mí como sea!
Mi vida va bordeando tus orillas
como un río profundo, como un río
sin nacimiento y sin muerte, ... (ver texto completo)
Existe una tonada por la que yo daría
todo los brincos, los panchos y todo Julio Iglesias,
una vieja tonada, languideciente y fúnebre
que me trae a mí solo sus secretos encantos.

Cada vez que la escucho mi alma se hace
doscientos años -es-sobre mi pueblo blanco
más joven; y creo ver cómo se extiende
una ladera verde que amarillea el ocaso,

luego un alcázar de ladrillo y piedra,
de vidrieras teñidas de colores rojizos
ceñido de amplios parques y a sus pies un arroyo
que entre las flores corre;

luego una dama, en su ventana altísima,
rubia. con ojos negros. de vestimenta antigua,
que en otra vida acaso ya hube visto
y de la cual me acuerdo. ... (ver texto completo)
El invierno no deja de tener sus encantos:
A veces los domingos, cuando un poco
de sol amarillea la tierra blanquecina,
vas a dar una vuelta con una prima… “y
no os hagáis esperar para la cena”,
dice la madre.

Y, cuando ya hemos visto
los atuendos floridos bajo los negros árboles
de los Jardines de Maria Cristina ... (ver texto completo)
Fue el día en que del sol palidecieron
los rayos, de su autor compadecido,
cuando, hallándome yo desprevenido,
vuestros ojos, señora, me prendieron.

En tal tiempo, los míos no entendieron
defenderse de Amor: que protegido
me juzgaba; y mi pena y mi gemido
principio en el común dolor tuvieron.
... (ver texto completo)
Vencida por los años, en la dulce tibieza
del hogar y la luz albos copos hilando,
dirás embelesada mis versos recordando:
P.... cantó los días de su feliz belleza.

Ya no habrá quién recoja de tu voz la tristeza,
ni esclava soñolienta que el percibir el blando
rumor en que me nombras, dichosa despertando
con férvida loanza bendiga tu realeza.
... (ver texto completo)
¿Qué decís y qué hacéis, niña mía?
¿En qué soñáis? ¿Pensáis acaso en mí?
¿Acaso no os preocupa mi desmayo,
y este penar por vos que me envenena?

Por vuestro amor mi corazón se agita
y ante mis ojos yo os veo sin cesar,
ausente os escucho y aun os oigo,
y sólo vuestro amor suena en mi pensamiento.
... (ver texto completo)
Toma esta rosa -amable cual tú eres;
rosa entre rosas bellas la más rosa;
diosa en flor entre flores la más diosa
de las Musas, la Musa de mis letras.

Recíbela y ofrécele piadosa
tu seno, pues mi corazón no quieres…
(Corazón, rosa mustia, nada esperes;
sangre sin fin tu herida dolorosa.
... (ver texto completo)
¿Qué dices, niña, qué haces diariamente?
¿Me recuerdas? ¿Qué piensas? ¿Qué te apena?
¿No te aflige mi pena permanente
así como tu imagen me envenena?

Ante mis ojos siempre estás presente.
Tu amor, ardiendo, el corazón me llena.
Distante te contemplo y te oigo ausente
y ningún otro amor en mí resuena.
... (ver texto completo)
Para que así de siglo en siglo sobreviva
la perfecta amistad que yo te profeso,
la razón ofuscada por tu pura belleza
y en tus brazos gemelos la libertad cautiva;

para que sepa el mundo que estaba siempre viva
tu imagen en mi sangre y en mi memoria impresa
y que mi alma rendida sólo de ti está presa,
hoy te envío mi amor con esta Siempreviva.
... (ver texto completo)
Hoy te envío estas flores que mi mano
acaba de cortar recién abiertas,
que de no recogerlas hoy temprano
las habría encontrado el alba yertas.

Ellas recuerdan el destino humano,
porque tus gracias y bellezas ciertas
se agostarán en día no lejano
y estarán, pronto, como flores, muertas.

Se va el tiempo, mi amiga… mas no es cierto:
somos nosotros,! ay!, los que nos vamos.
Ni de ti ni de mí quedará huella.

Y cuando tú estés muerta y yo esté muerto,
nada habrá de este amor de que hoy hablo
ámame, entonces, mientras eres bella. ... (ver texto completo)
Vierte la luna débil sus albores sagrados
como una basquiña, de vaporoso argento
sobre moles de mármol que cruza el soñoliento
paso de alguna virgen en velos nacarados.

A los cisnes sedeños que abren los juncales
con su quilla de pluma donde la luz reposa
les deshoja su mano la más nevada rosa,
y en el agua los pétalos difunden espirales.
... (ver texto completo)
Dormida, los extremos de tu boca
pliega sonrisa leve,
suave como el rastro luminoso
que deja un sol que muere.
Como la voz de un muerto que cantara
desde el fondo de su fosa,
amante, escucha subir hasta tu retiro
mi voz agria y falsa.

Abre tu alma y tu oído al son
de mi mandolina:
para ti he hecho, para ti, esta canción
cruel y zalamera.
... (ver texto completo)
Despierta ríes, y al reír, tus labios
inquietos me parecen
relámpagos de grana que serpean
sobre un cielo de nieve.
Los sollozos más hondos
del violín del otoño
son igual
que una herida en el alma
de congojas extrañas
sin final.

Tembloroso recuerdo
esta huida del tiempo
que se fue.
Evocando el pasado
y los días lejanos
lloraré.

Este viento se lleva
el ayer de tiniebla
que pasó,
una mala borrasca
que levanta hojarasca
como yo. ... (ver texto completo)
De que vale este mundo
sino te tengo a mi lado,
las horas se me hacen eternas,
los minutos aun mas,
quisiera desaparecer un instante,
irme lejos
a un mundo imaginario,
donde no sufra por tu ausencia,
y olvide este pesar,
pero se que es imposible ... (ver texto completo)
Con la primera luz de la mañana,
aquel sentimiento despertó en mí
ese sabor de mis labios que me imana
el deseo que siento por ti.
En las sendas pensamos cosas puras,
uno al lado del otro, fugitivos,
cogidos de la mano, y pensativos
en medio de las flores más oscuras.

Íbamos solos, como enamorados,
entre la verde noche del sendero,
compartiendo el fugaz fruto hechicero
del astro que aman los enajenados.
... (ver texto completo)
Tú crees en el ron del café, en los presagios,
y crees en el juego;
yo no creo más que en tus ojos azulados.
Tú crees en los cuentos de hadas, en los días
nefastos y en los sueños;
yo creo solamente en tus bellas mentiras.
Tú crees en un vago y quimérico Dios,
o en un santo especial,
y, para curar males, en alguna oración.
Mas yo creo en las horas azules y rosadas ... (ver texto completo)
Mi mano la que te escribe, mi corazón el que te llora, la letra de quien te quiere, la firma de quien te adora."
La sorprendí jugando con su gata,
y contemplar me causo maravilla
la mano blanca con la blanca pata,
de la tarde a la luz que apenas brilla.

¡Como supo esconder la mojigata,
del mitón tras la negra redecilla,
la punta de marfil que juega y mata,
con acerados tintes de cuchilla!
... (ver texto completo)
Es un claro del bosque donde canta un río,
Cuelgan enloquecida mente de las hierbas harapos
De plata; donde el sol de la orgullosa montaña
Luce: un pequeño valle espumoso de luz.

Un soldado, joven, atónito, cabeza desnuda
La nuca bañada en el suave azul,
Duerme; está tumbado en la hierba, bajo el cielo,
Pálido en su verde lecho donde llueve el día.
... (ver texto completo)
El hogar y la lámpara de resplandor pequeño;
la frente entre las manos en busca del ensueño;
y los ojos perdidos en los ojos amados;
la hora del té humeante y los libros cerrados;
el dulzor de sentir fenecer la velada,
la adorable fatiga y la espera adorada
de la sombra nupcial y el ensueño amoroso.
¡Oh! ¡Todo esto, mi ensueño lo ha perseguido ansioso,
sin descanso, a través de mil demoras vanas,
impaciente de meses, furioso de semanas!
Sueño a menudo el sueño sencillo y penetrante
de una mujer ignota que adoro y que me adora,
que, siendo igual, es siempre distinta a cada hora
y que las huellas sigue de mi existencia errante.

Se vuelve transparente mi corazón sangrante
para ella, que comprende lo que mi mente añora;
ella me enjuga el llanto del alma cuando llora
y lo perdona todo con su sonrisa amante.
... (ver texto completo)
Junta tu frente a la mía y enlaza tu mano, y haz juramentos que mañana ya habrás roto.
Fue para vos para quien yo, Señora,
cortó al rosal las flores que os envío;
no hacerlo así y el vendaval o el frío
las agostaran antes de la aurora.

Ejemplo os dan, que si lucís ahora
de impar beldad mirifico atavío,
pensad también que el tiempo ciego, impío
todo lo va royendo hora tras hora.

Pasan, fugan, esfumarse los días;
lo que hoy somos será muerta ventura
del incierto mañana en las umbrías.

de mi rendido amor no estáis segura?
Pasan las horas, y se marchan vacías…
Por qué no darme en flor vuestra hermosura? ... (ver texto completo)
Te ofrezco entre racimos, verdes gajos y rosas,
mi corazón ingenuo que a tu bondad se humilla;
no quieran destrozarlo tus manos cariñosas,
tus ojos regocije mi dádiva sencilla.

en el jardín umbroso mi cuerpo fatigado
las auras matinales cubrieron de rocío;
como en la paz de un sueño se deslice a tu lado
el fugitivo instante que reposar ansío.
... (ver texto completo)
No sabes la envidia que me das, pues a mí me gustaría saber escribir poemas, sonetos, etc.
Pero lo único que sé hacer, es escribir mis sentimientos, y no de muy buena manera. Ya lo ves.
Pero en fin, tenemos que conformarnos con lo que cada uno podamos hacer.
Un abrazo.
Amiga peregrina, no digas eso, cuando se escribe de verdad se hace con sentimiento, como tu lo haces, eres una persona sencilla y espontanea ya quisiéramos muchos ser como tu sigue así, un abrazo.
Saludos