Dice una vieja teoría anarquista "todo
político perteneciente a una fuerza dirigente de izquierda, desde el momento que ocupa un cargo de cierta relevancia, experimenta un permanente desplazamiento hacia la derecha en cuanto a costumbres, gustos, diversiones, preferencias,
amistades, vestimenta, formas de lucirse, etc. Este cambio de actitud suele incrementarse de forma directamente proporcional a la importancia y categoría del puesto al que ha sido promocionado".
Como ejemplo evidente de dicha
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