Para mi pueblo, que desapareció bajo un pantano.
lloró el cielo aquel dia
lágrimas de hielo y pena
al ver entrar en el pueblo
aquellos monstruos con ruedas
que con sus brazos de acero
y como vil alimañas
enbistieron sin piedad
y nos hundieron las casas
y se apagaron las risas
de los niños que jugaban
alborotando y alegres
por sus calles empedradas
y la voz se quedó muda
que no hay palabra que salga
que no hay nada que decir
cuando ya no hay esperanza
y se apagó la vida en Alcorlo
y con triste caminar
la gente salió del pueblo
sin poder mirar atrás
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